Un padre invitó a su hijo a realizar un muy lindo paseo por la montaña. La mañana era soleada, y la aventura de compartir con su padre unas horas llenaban al niño de emoción.
De forma inesperada, el niño cae al piso, haciéndose una leve herida en su pierna.
Cuando reaccionó sobre lo que le había pasado, pegó un fuerte grito:
- "¡Aaaaaahhhhhhhhhh!"
Cual sería su sorpresa, cuando oye su propia voz repetirse, desde algún lugar en la montaña:
"¡Aaaaaaaahhhhhhh!"
Asombrado por la experiencia y con curiosidad gritó nuevamente:
- "¿quién eres túuuuuuuuuu?
Recibiendo de respuesta:
- "¿quién eres túuuuuuuuuu?"
Ya enojado y menos preocupado por su lesión volvió a gritar:
- "cobarde!!"
Recibe la respuesta:
- "cobardeeeeeeeeeeee!!"
El niño miró a su padre, y le preguntó:
- "¿qué está pasando?"
El padre sonríe y le dice:
- "hijo, presta atención".
Y entonces, fue el padre quien gritó:
- "¡te admiro!"
La voz responde:
- "¡te admirooooooooooo!"
Y otra vez el hombre gritó:
- "¡tú eres un campeón!"
La voz respondió:
- "¡tú eres un campeóooooooooon!"
El niño sorprendido, continuaba sin entender.
Fue en ese momento en que el padre consideró oportuno explicarle:
- " querido hijo: la gente llama a esto Eco, pero realmente es VIDA.
Y tiene el poder de devolverte de igual manera
cualquier cosa que digas o hagas.
Óyeme: nuestra vida es simplemente un reflejo de nuestras acciones.
Si tú quieres más amor en el mundo, crea más amor en tu corazón.
Si tú quieres más competencia en tu equipo, mejora tu propia competencia.
Esta relación se aplica a todo, en todos los aspectos de la vida.
La vida te devolverá todo lo que tú le des: "TU VIDA NO ES UNA COINCIDENCIA. ES SOLO UN REFLEJO DE TI".
Autor desconocido
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