martes, 22 de marzo de 2016

CONSIDERAR ANTES DE ESCUCHAR UN CHISME


En la antigua Grecia Sócrates tenía una gran reputación de sabiduría. Un día vino alguien a encontrar al gran filósofo, y le dijo:
- sabes lo que acabo de oír sobre tu amigo?
- un momento - respondió Sócrates - antes de que me lo cuente, me gustaría hacerte un test, el de los tres tamices.
- los tres tamices?
- pero sí, - continuó Sócrates - antes de contar cualquier cosa sobre los otros, es bueno tomar el tiempo de filtrar lo que se quiere decir. Lo llamo el test de los tres tamices. El primer tamiz es la verdad. Has comprobado si lo que me dices es verdad?
- No... Solo tengo lo que he oído hablar...
- Muy bien. Así que no sabes si es la verdad. Continuamos con el segundo tamiz, el de la bondad. Lo que quieres decirme sobre mi amigo, es algo bueno?
- Ah no! Por el contrario.
- Entonces - continuó Sócrates - quieres contarme cosas malas acerca de él y ni siquiera estás seguro de que son verdaderas. Tal vez aún puedes pasar la prueba, sigue siendo el tercer tamiz, el de la utilidad. Es útil que yo sepa qué me habría hecho este amigo?
- No, en serio.
- Entonces - concluye Sócrates - lo que querías contarme no es ni cierto, ni bueno, ni útil; ¿Porqué querías decírmelo?

martes, 15 de marzo de 2016

SIEMPRE HABRA TIBURONES A DONDE VAYAS



Los japoneses siempre han gustado del pescado fresco. Pero las aguas cercanas a Japón no han tenido muchos peces por décadas.

Así  que para alimentar a la población  japonesa, los barcos pesqueros fueron fabricados más grandes para ir mar adentro.

Mientras más lejos iban los pescadores, más era el tiempo que les  tomaba regresar a entregar el pescado.

Si el viaje tomaba varios días, el pescado ya no estaba fresco.

Para resolver el problema, las compañías instalaron congeladores en los barcos pesqueros.

Así  podían pescar y poner los pescados en los congeladores.

Sin embargo, los japoneses pudieron percibir la diferencia entre el pescado congelado y el fresco y no les gustaba  el congelado; por lo tanto, tenían que venderlo más barato.

Las compañías instalaron entonces en los barcos tanques para los peces.

Podían así  pescar los peces, meterlos en los tanques y mantenerlos vivos hasta llegar a la costa.

Pero después de un tiempo los peces dejaban de moverse en el tanque.   Estaban aburridos y cansados, aunque vivos.

Los consumidores japoneses también notaron la diferencia del sabor porque cuando los peces dejan de moverse por días, pierden el sabor fresco ...

Y ¿cómo resolvieron el problema las compañías japonesas? , ¿cómo consiguieron traer pescado con sabor de pescado fresco?

Si las compañías japonesas te pidieran asesoría, ¿qué les recomendarías?  , Y ¿cómo resolvieron el problema las compañías japonesas? , ¿cómo consiguieron traer pescado con sabor de pescado fresco?

(Mientras piensas en la solución.... Lee lo que sigue):

Tan pronto una persona alcanza sus metas, tales como empezar una nueva empresa, pagar sus deudas, encontrar una pareja maravillosa, o lo que sea, empieza a perder la pasión. Ya no necesitará esforzarse tanto. Así  que solo se relaja.

Experimentan el mismo problema que las personas que se ganan la lotería, o el de  quienes heredan mucho dinero y nunca maduran.

Como el problema de los pescadores japoneses, la solución es sencilla y se resume en esta Frase:

Las personas prosperan más cuando hay desafíos en su medio ambiente.

Para mantener el sabor fresco de los peces, las compañías pesqueras ponen a los peces dentro de los tanques en los botes, pero ahora ponen también un Tiburón pequeño!

Claro que el tiburón se come algunos peces, pero los demás llegan muy, pero muy vivos. ¡Los peces son desafiados! Tienen que nadar durante todo el trayecto dentro del tanque, para mantenerse vivos.

Cuando alcances tus metas proponte otras mayores. Nunca debes crear el éxito para luego acostarte en él.

Así  que, invita un “tiburón a tu tanque”, y descubre que tan lejos realmente puedes.

Unos cuantos “tiburones” te harán conocer tu potencial, que no te asusten sus “dientes ni sus trampas”...tu sigue alerta, pero siempre "fresco".

Siempre habrá tiburones a donde vayas...

Estamos todos en el mismo sitio, donde siempre tendremos dificultades y ellas serán bienvenidas si las sabemos mirar como las oportunidades para encontrar nuevos caminos, para escuchar otras opiniones, para aprender nuevas maneras de ver la VIDA, para fortalecer nuestro espíritu y sacar lo mejor de nosotros mismos.

Que tengan un Excelente Fresco y Bendecido  Día  

domingo, 28 de febrero de 2016

provisiones para la cesta de mi vida

Querido Dios, ¿Cómo estás?

Te escribo para saludarte y para pedirte unos productos para la cesta de mi vida, pues los básicos con que me enviaste al mundo, se me han ido agotando a lo largo de estos años.

Por ejemplo, la paciencia se me acabó por completo, igual que la prudencia y la tolerancia.

Ya me quedan poquitas esperanzas y el frasquito de fe, está casi vacío. La imaginación también está escaseando.

También debes saber que hay cosas de la cesta que ya no necesito, como la dependencia y esa facilidad para tener "berrinches", que tantas molestias y problemas me han ocasionado.

Así que quisiera pedirte nuevos productos. Para empezar me gustaría que rellenaras los frascos de paciencia y tolerancia hasta el tope, y mándame por favor el curso intensivo "Cómo ser más prudente" , volúmenes 1, 2 y 3. ¡Ah! No olvides el tomo especial sobre la lealtad.

Envíame varias bolsas grandes de madurez que tanta falta me hace. También quisiera un saco de sonrisas, de esas que alegran el día a cualquiera.

Te pido que me mandes dos piedras grandes y pesadas para atarlas a mis pies y tenerlos siempre sobre la tierra.

Si tienes por ahí guardada una brújula para orientarme y tomar el camino correcto, te lo agradecería.

Regálame imaginación otra vez; pero no demasiada, porque debo confesar que en ocasiones tomé grandes cantidades y me pasé del límite.

Nuevas ilusiones y una triple ración de fe y esperanza también me vendrían fenomenal para seguir adelante.

Te pido una paleta de colores para pintar mi vida cuando la vea gris. Me sería muy útil un cubo de basura para tirar todo lo que me hace daño.

Por favor mándame un bote de "Betadine" y una cajita de tiritas para sanar mi corazón, porque ha tropezado bastante y tiene muchos raspones.

Te pido unos discos duros, porque tengo el cerebro lleno de información y necesito espacio para guardar más.

Te pido zanahorias para tener buena vista y no dejar pasar las oportunidades por no verlas.

Necesito un reloj grande, muy grande, para que cada vez que lo vea me acuerde de que el tiempo no se detiene, sino que corre y no debo desperdiciarlo.

Podrías mandarme muchísima fuerza y seguridad en mí mismo. Sé que voy a necesitarlas para soportar tiempos difíciles y para levantarme cuando caiga. También quisiera un bote de pastillas de las que hacen que crezca la fuerza de voluntad y el empeño, para que me vaya bien en la vida y te pido unas tres o cuatro toneladas de "ganas de vivir", para cumplir mis sueños.

Necesito una pluma con mucha tinta, para escribir todos mis logros y mis fracasos, para no olvidarlos y poder compartirlos.

Del amor no te hablo, porque si me concedes todos estos ingredientes, tendré lo necesario para verlo en cada uno de mis actos.

Pero más que nada, te pido que me des mucha vida para lograr todo lo que tengo en mente y para que el día que me vaya contigo, tenga mucho que llevarte y veas que no desperdicié el tiempo aquí en la Tierra.

Gracias por lo que me puedas dar y te agradezco el doble todo lo que me mandaste la primera vez.

SIGNIFICADO DE VIRTUAL

Un día que tenía mucha hambre entré apresuradamente a un restaurante. Escogí una mesa bien alejada del bullicio, porque quería aprovechar los pocos minutos que tenía ese día y utilizarlos para comer y concretar algunas ideas de programación, de un sistema que estaba desarrollando. Además, tenía ganas de planificar mis vacaciones, que desde hace mucho tiempo no sé lo que son.
Pedí una ensalada y un filete de salmón con alcaparras en manteca, para calmar el hambre voraz que tenía en ese momento.
Abrí mi ordenador portátil y mientras arrancaba el sistema operativo, me llevé un susto con aquella voz bajita detrás de mí:
- Señor, ¿me da algo de dinero?
- No tengo, pequeño.
- Por favor, sólo una moneda para comprar pan.
- Está bien, yo te compro uno.
Para variar, mi cuenta de correo estaba llena de e-mails. Me entretuve leyendo poesías, bonitos mensajes, riendo de esas divertidas bromas, etc. Ahhh! Esa música me trasladaba a México D.F., recordando un hermoso tiempo pasado.
- Señor, pida que le pongan al pan manteca y queso también!
En ese momento, me dí cuenta que el pequeño estaba a mi lado.
- Bien, pero después me dejas trabajar, que estoy muy ocupado, ¿de acuerdo?
Llegó mi comida y con ella la realidad. Hago el pedido del pequeño, y el camarero me pregunta si quiero que el niño sea retirado. Mi cargo de conciencia me impide tomar una decisión, y digo:
- No, no pasa nada. Deje que se quede. Traiga el pan y un plato de ternera con patatas fritas para él.
Entonces el niño se sentó frente a mí y preguntó:
- Señor, ¿que está haciendo?
- Estoy leyendo e-mails.
- Y ¿que son e-mails?
- Son mensajes electrónicos enviados por personas vía Internet.
Sabía que él no iba a entender nada y para evitar preguntas adicionales le dije:
- Es como si fuese una carta, pero que se envía por Internet en formato electrónico en vez de echarla al buzón del correo postal.
- Señor, ¿usted tiene Internet?
- Sí que tengo, es esencial en el mundo actual.
- Y ¿qué es Internet, señor?
- Es un lugar en la computadora donde podemos ver y oír muchas cosas, como por ejemplo noticias, música, conocer a otras personas, leer, escribir, trabajar, aprender. Tiene de todo, pero en un mundo virtual.
- Y ¿qué es lo virtual, señor?
Decido dar una explicación simplificada, con la certeza de que él poco va a entender, y me va a permitir comer mi almuerzo con tranquilidad.
- Virtual es un lugar que imaginamos, algo que no podemos tocar, alcanzar. Un lugar en el que creamos un montón de cosas que nos gustaría hacer. Creamos nuestras fantasías, transformamos el mundo en casi como quisiéremos que fuese.
- ¡Qué bueno! ¡Me gusta!
- Pequeño, ¿entonces has entendido lo que es virtual?
- Sí señor, yo también vivo en este mundo virtual.
- ¿Y tú tienes ordenador?
- No, ¡pero mi mundo también es de ese estilo, virtual! Mi madre pasa todo el día fuera, llega muy tarde y casi que no la veo. Yo me paso horas cuidando a mi hermano pequeño que vive llorando de hambre, y muchas veces le doy agua para que él piense que es sopa. Mi hermana mayor sale todo el día, dice que va a vender su cuerpo, más yo no entiendo, pues ella vuelve siempre con su cuerpo. Mi padre está en la cárcel desde hace mucho tiempo. Y yo siempre imagino a toda la familia junta en casa, mucha comida, muchos juguetes en Navidad, y yo yendo a la escuela para ser un gran médico algún día. ¿Esto no es virtual, señor?
Cerré mi ordenador portátil, no antes de que mis lágrimas cayeran sobre el teclado.
Esperé a que el niño terminase literalmente de "devorar" su plato, pagué la cuenta y le dí el cambio al pequeño, quien me lo retribuyó con una de las más bellas y sinceras sonrisas que jamás había recibido en mi vida. Y además con un "Gracias señor, usted es un maestro!".
Ahí, en ese instante, tuve la mayor prueba del virtualismo insensato en que vivimos todos los días, en cuanto a la cruel realidad rodeada de verdad, que hacemos como si no la percibiéramos!


QUE CUANTOS CUMPLO?

Aunque nadie pregunta cuantos años son, diré son (numero de años que cumple) años vividos, no me puedo quitar ninguno. ¿Qué año podría eliminar de mi vida?.  ¿El año en que me enamore por primera vez? El año en que me case? Los logros que he podido alcanzar a lo largo de tantos años? ¿El año en que nació mi hija, en que nació mi hijo mayor o  mi hijo el menor? no, si estas fechas marcan la vida, y la dividen en antes y después.    La graduación de jardín de alguno de mis 3 hijos, o de colegio y universidad de los mayores, cada uno en un tiempo muy distante, la satisfacción de  ver los logros alcanzados por cada uno de mis hijos; académica y profesionalmente,(los cuales he sentido como míos propios).
Las celebraciones de primera comunión y cumpleaños de mis hijos, el nacimiento de mis sobrinos, o el último y mas reciente acontecimiento el nacimiento de mi nieta?
 Quizás ha habido  unos años  menos afortunados, que me han causado tristezas o desengaños, pero que le dan sabor a la vida, cuando los vemos ya distantes. Otros  que igual   nos producen alegría y  nostalgia al mismo tiempo como el matrimonio de mi hija, la partida de mi hijo para seguir estudiando……….. O alguno triste, en el que he perdido algunos de mis seres  queridos. Podría elegir un año intrascendente; aquel en el que vi florecer una rosa, o aquel otro en que la vida no me pareció tan  fascinante. Pero no, prefiero quedarme con todos; con los buenos, con los malos y con los del montón. Negar cualquiera de ellos equivaldría a negarme a mí misma, ni modo, porque mi vida es la suma de todos esos años. Como podría negar uno solo de mis años vividos si en cada uno de ellos además  he conocido personas como ustedes, mis amigos que hoy al igual que mi familia me regalan una felicitación, buenos deseos y bendiciones. Gracias y que Dios les multiplique para si sus buenos deseos.


GRATITUD.... ESCASA VIRTUD

La gratitud no es sólo un gesto de cortesía y de buena educación en las relaciones sociales. No consiste sólo en decir "gracias", de labios para afuera, a quienes nos han hecho un favor, nos han prestado un buen servicio o han hecho algo por nosotros . La verdadera gratitud es una virtud humana y cristiana sumamente hermosa, que brota desde lo más profundo del corazón. Es la respuesta de las personas nobles ante los beneficios que reciben; reconocen la gratuidad por los esfuerzos que han tenido los demás y se sienten deudoras, desde el fondo de su alma, hacia aquellos que les han mostrado su bondad, benevolencia y apoyo. Están convencidas de que, si las han ayudado, es por la bondad de esas personas y no porque ellos se lo merecen. Por eso, la gratitud, si es sincera y auténtica, va siempre acompañada de una grandísima humildad y sencillez interior, y sólo se da en las almas grandes y generosas. Por eso es tan admirable encontrarse con una persona verdaderamente agradecida.
Pero, precisamente por eso, también es una virtud muy rara. Alguien ha dicho que la gratitud es como una hermosa flor exótica, como el lirio que florece en los pantanos, y que es capaz de nacer en medio de un muladar. O como esas bellas orquídeas, que brotan en la soledad de los bosques tropicales.
Nuestro Señor también se sorprendió ante la ingratitud de los hombres y se maravilló al constatar que muy pocos saben ser agradecidos. El Evangelio de san lucas nos cuenta la historia de los diez leprosos que fueron curados por Jesús. De los diez que recibieron la gracia prodigiosa de su curación, sólo volvió uno a darle las gracias. "¿No eran diez los curados? -preguntó extrañado nuestro Señor-. Y los otros nueve, ¿dónde están? ¿No ha vuelto más que este extranjero para dar gloria a Dios?". Los otros nueve, que pertenecían al "pueblo escogido", tal vez consideraron que se les debía aquel favor, y no supieron reconocerlo como un don gratuito de parte de Jesús. O fue tan grande su despiste y su descuido que no se acordaron luego de venir a dar las gracias, como aquel samaritano.
Una persona orgullosa o autosuficiente es incapaz de estos gestos de reconocimiento. Sólo quien se siente indigno de tan gran beneficio, puede también sentirse deudor, y dar gracias a Dios por tamaña bondad y misericordia.
¡Cuántas veces sucede que, en vez de darle gracias a Dios  por lo que tenemos, nos quejamos por aquello de lo que carecemos! O, en lugar de sentirnos inmensamente felices por lo que nos regala, nos quejamos amargamente porque debería concedernos también otras cosas.
Seguramente no actuamos así por malicia. Lo que pasa es que somos a veces tan descuidados en nuestro trato con Dios que, en vez de valorar y de agradecer sus dones, nos comportamos como hijos caprichosos, pensando que todo se nos debe por nuestra cara bonita y por eso no somos  agradecidos con Dios nuestro Señor y con todas aquellas personas que nos hacen algún favor."Todo es gracia" -nos dice san Pablo- y no se debe nada a nuestros méritos. Si Dios nos diera sólo aquello que se nos debe en justicia, seríamos unos pobres desgraciados y unos pordioseros toda la vida.


La vida es un espejo


La vida me ha enseñado que la gente es amable, si yo soy amable; que las personas están tristes, si estoy triste; que todos me quieren, si yo los quiero; que todos son malos, si yo los odio; que hay caras sonrientes, si les sonrío; que hay caras amargas, si estoy amargado; que el mundo está feliz, si yo soy feliz; que la gente es enojona, si yo soy enojón; que las personas son agradecidas, si yo soy agradecido. La vida es como un espejo: Si sonrío, el espejo me devuelve la sonrisa. La actitud que tome frente a la vida, es la misma que la vida tomará ante mí.