domingo, 25 de febrero de 2018

LAS RENUNCIAS DE LAS MADRES

Imagina que eres una profesional altamente cualificada.
Imagina que tienes un trabajo que te apasiona.
Imagina que ganas mucho dinero que te permite tener el nivel de vida que soñabas.
Imagina que sientes que eres respetada y valorada.
Imagina que tienes independencia económica que repercute en que tus relaciones con el resto de adultos sean sanas y libres.
¿Lo imaginas?
Ahora imagina que te conviertes en madre.
Imagina que tus expectativas son disfrutar de esas 16 semanas de baja y luego seguir con tu flamante carrera porque puedes permitirte pagar la mejor persona del mundo para que cuide a tu bebé mientras tú no estás.
Imagina que llega ese momento y sientes una mezcla entre alivio y tristeza. Alivio porque la maternidad te resulta más agotadora que tu trabajo de 10 horas entre tiburones empresariales y económicos, y tristeza porque en el fondo no quieres dejar a tu bebé con nadie.
Imagina que estás en tu despacho y sientes que eso no es lo que quieres hacer.
Imagina que decides renunciar a tu trabajo, a tu estatus, a tu independencia, por ejercer de madre del modo que tú libremente escoges.
Imagina que pasan los días y las semanas y los meses, quizás los años y te sientes feliz de hacerte presente en la crianza de tus hijos, feliz de saber que estás invirtiendo en algo que nadie más puede darles, feliz porque tu cabeza acostumbrada a analizarlo todo fría y objetivamente te dice que tú eres indispensable para tus hijos en esta etapa de su desarrollo.
Imagina que a pesar de eso, otra parte de ti se siente cansada, exhausta, molesta y susceptible porque tu parte emocional no se contenta con saber “los beneficios de criar a los hijos”.
Imagina que llevas años sin dormir seguido, sin mantener una conversación adulta sin interrupciones de “teta”, “pis”, "upa”, “no quiero”, “quiero”….
Imagina que ahora tu economía no depende de ti, sino de tu pareja, o de tus padres, o de un sistema público.
Imagina que te das cuenta que a tu alrededor nadie valora lo que haces, que se da por sentado que es tu obligación y punto.
Imagina que te gustaría que el padre de tus hijos se implicara en su crianza y lo que recibes al hablar del tema es un : “yo me paso el día trabajando para que tú puedas quedarte en casa a jugar a las muñecas”.
Imagina que te critican por anti feminista, por “floja”, por “señorona”, por “hippie”, por fundamentalista…. Te critican por una cosa y por la contraria, porque al parecer decidir ejercer de madres no está bien visto en ningún sector de los que antes frecuentabas: ni en los negocios, ni en la política, ni en la sociedad, ni en tu familia…
¿Lo imaginas?
Ahora imagina que en ese caos emocional, físico, anímico y social, recibes una propuesta de trabajo.
Imagina que un headhunter ha visto tu perfil profesional y te ofrece un trabajo mucho mejor que el anterior que dejaste.
Imagina que al oír la cifra de lo que vas a cobrar no puedes evitar pensar que llevas meses vistiendo ropa comprada en grandes almacenes, comprando marcas blancas en el super, y que lo más parecido a cenar fuera es ir a un restaurante de comida rápida con los niños.
Imagina que sueñas con esa posibilidad de recuperar tu vida, tu autonomía, tu libertad, tu independencia, tu estatus, tu reconocimiento, tu “voz” que se ha diluido entre los llantos y demandas de los pequeños.
Imagina que lo piensas y decides que todavía no es el momento, que tus hijos son pequeños aún.
¿Puedes imaginar los sentimientos encontrados ?
¿Puedes imaginar el sentimiento de culpa que esto genera?
Culpa por desear decir que sí a esa oferta
Culpa por sentirse triste al decir que no
Culpa porque este suceso te revuelve y te enfada y te frustra y lo has pagado pegando 4 gritos a tus hijos, lo que te hace creer que eres un fracaso de madre o un fraude a la crianza que quieres.
Culpa porque al fin y al cabo es lo único que hemos aprendido como mujeres: a sentirnos culpables de todo, por todo, y por todos.
Llevamos la carga más pesada de la sociedad, la que nadie reconoce, ni valora, ni remunera.
En época de campañas electorales nos frustra ver cómo nadie está interesado en nuestra situación. Hartas de ver que la única opción que se nos plantea es tener guarderías desde el nacimiento, o que el padre coja la mitad del permiso de maternidad.
Las madres estamos constantemente renunciando: TODAS.
Unas renuncian a su vida y otras a sus hijos.
Algunas intentan compaginarlo todo y renuncian a tener tiempo para ellas, o a tener tiempo de intimidad con su pareja,o con sus amigas, o a invertir en su salud haciendo deporte… qué sé yo.
Lo cierto es que cualquier madre que conozcas lo es a costa de renunciar.
La próxima vez que te encuentres con una madre por favor no la critiques.
No le digas lo que tiene que hacer o cómo.
No la ignores solo porque sabes que no va a poder ir a tu fiesta nocturna, invítala igual.
No caigas en obviedades y frases hechas.
Sencillamente, dile: “Eres muy valiente, lo estás haciendo muy bien y te admiro”
PD: Dedicado a todas las preciosas madres que han decidido vivir intensamente este largo, precioso y a veces duro y solitario viaje que es el de criar hijos. He aprendido tanto de ti, de vosotras, que solo puedo deciros GRACIAS

Nohemí Hervada.

martes, 13 de febrero de 2018

EL PROBLEMA

El maestro de novicios de un monasterio reunió a sus alumnos para la lección de hoy. 
- Voy a presentarles un problema - dijo el Maestro- a ver quién es el más habilidoso entre ustedes.  Terminado su corto discurso, colocó un banquito en el centro de la sala. Encima, puso un florero de porcelana, seguramente carísimo, con una rosa roja que lo decoraba.
- Este es el problema - dice el Maestro -resuélvanlo-.
Los novicios contemplaron perplejos el "problema", por lo que veían los diseños sofisticados y raros de la porcelana, la frescura y la elegancia de la flor. ¿Qué representaba aquello? ¿Qué hacer? ¿Cuál sería el enigma?
Pasó el tiempo sin que nadie atinase a hacer nada salvo contemplar el "problema", hasta que uno de los novicios se levantó, miró al maestro y a los alumnos, caminó resolutamente hasta el florero y lo tiró al suelo, destruyéndolo.
- ¡¡Al fin alguien que lo hizo !! - exclamó el Maestro- Empezaba a dudar de la formación que les estamos proporcionando este año !! .
Al volver a su lugar el alumno, el Maestro explicó:
- Yo fui bien claro: dije que ustedes estaban delante de un "problema". No importa cuán bello y fascinante sea un problema, tiene que ser eliminado. Un problema es un problema; puede ser un florero de porcelana muy caro, un lindo amor que ya no tiene sentido, un camino que precisa ser abandonado, por más que insistimos en recorrerlo porque nos trae confort... "
Solo existe una manera de lidiar con un problema: atacándolo de frente. En esas horas, no se puede tener piedad, ni ser tentado por el lado fascinante que cualquier conflicto acarrea consigo. Recuerden que un problema, es un problema. No tiene caso tratar de "acomodarlo" y darle vueltas, si al fin y al cabo ya no es otra cosa más que "un problema". Déjalo, hazlo a un lado y continúa disfrutando de lo hermoso y lo que vale la pena en la vida. No huyas de él... acaba con él.
Pídele a Dios que te de sabiduría para enfrentarte a los problemas y para saber resolverlos adecuadamente.


lunes, 23 de octubre de 2017

MANERAS DE AMAR A TU PEQUEÑA HIJA


1. Cómprale vestidos. Probablemente no va a querer usarlos todos los días por siempre. . . Aprovecha la ventaja de este deseo único de las niñas pequeñas. Enséñala a sentarse como una dama y a dar vueltas.
2. Hazle cosquillas, y escucha detenidamente mientras se ríe. Su risa va a cambiar. Escucha. Recuerda.
3. Déjala jugar en el lodo y que ande en su bicicleta por los charcos. Luego deja que te ayude a lavar la ropa.
4. Enséñale a amar a la mujer en la que se convertirá amando a la mujer en la que tú te has convertido. No te subas a la báscula delante de ella. No te quejes de que la ropa no te queda. No digas cosas negativas de ti misma. Necesitara que le recuerdes constantemente lo que Dios realmente valora, y mucho de eso no se ve.
5. Guíala con el ejemplo. Ella hará lo que tú hagas, no lo que tú digas.
6. Valora su vida. Enséñale a valorar la vida de otros. Provéele de oportunidades para interactuar con mujeres de todas las edades. Participen juntas como voluntarias en algún banco de alimentos o algún asilo. Ayúdala a coser una cobija de bebe para alguna nueva mamá. Preséntales a mujeres embarazadas y enséñale la emoción acerca del regalo anticipado que está en sus vientres.
7. Enséñale a cocinar. Déjala poner la mesa y lavar los platos. Aunque se tarde diez minutos más para empezar a comer porque es muy cuidadosa para doblar la servilleta. Aun cuando tengas que lavar los platos de nuevo después de que ella se duerma. Practiquen juntas el servir a otros con amor.
8. Dale apodos de adoración, cariño no de condescendencia.
9. Tómale fotos. Cambiará rápidamente. Mientras lee, duerme o prueba su primer pedazo de pastel. Toma fotos de las dos juntas. Enmárcalas y ponlas en las paredes de su recamara. Algún día las reemplazara con fotos de ella con sus amigas, pero recordara los momentos especiales que pasaron juntas.
10. Llévala contigo. Llévala a museos, vayan al parque, salgan a comer, y a todos lados cuanto puedan. Ayúdale a ser valiente para probar nuevas cosas.
11. Canta y baila con ella. En la casa, en el carro, fuerte!
12. Ama a su papi. Ella lo necesita igual como te necesita a ti. Muéstrale como se ve un matrimonio amoroso y habla con ella acerca de tus sueños para ella y que cualidades son importantes un esposo.
13. Enséñala a perdonar y pedir perdón. Dile acerca de tu amor incondicional para ella y de la manera que Dios nos amo y nos ama.
14. Acurrúcate. Durante unos minutos cada día, pon tus brazos alrededor de ella.
15. Léele. Lean acerca de Laura Ingalls Wilder y Amelia Earhart, Hellen Keller (fue una autora, activista política, y oradora estadounidense sordo ciega )and Ruby Bridges, Ruth y María y otras muchas mujeres que fueron valientes, inteligentes y compasivas.
16. Sueña con ella. Habla con ella de lo que quiere ser cuando sea grande, del día de su boda, de sus propios hijos. Dale cosas por las cuales ver a futuro. Ayúdale a esperar pacientemente por las cosas como salir sola con sus amigas, tener novio, maquillarse.
17. Invita a sus amigos a jugar. Conócelos y conoce a sus padres. Se observadora, y considera cuidadosamente las personas a las que confías su cuidado.
18. Corre con ella. Pruébale que puede lograr algo que parece imposible para una niña pequeña, como correr un maratón, un kilometro, etc.
19. Llévala a la iglesia. Aun los días que sabes que se portara mal durante el servicio. Esto pasara. De verdad, pasará.
20. Se su amiga por correspondencia. A veces es más fácil escribir las cosas que no sabes cómo decir o preguntas que las harían sonrojarse a las dos. Dale cartas de amor también para ver después cuando ella necesite un recordatorio de cuanto te preocupas por ella. Escríbele aunque nunca te responda.
21. Enséñala a valorar su cuerpo. Enséñale que la modestia es importante, que los niños son criaturas visuales, y que su cuerpo es un regalo de Dios. Es para ella y su futuro esposo, y nadie más.
22. Dile la verdad; acerca de tener citas y del matrimonio, dile como se hacen los bebes y el hecho de que no siempre obtendrá lo que quiere ni hacer lo que ella quiere. Ella es una creación única de Dios. Él le ha dado dones especiales. Ayúdala a descubrir esos dones.
23. Enséñale a pedir ayuda. Permítele hacer cosas por ella misma, pero cuando necesite ayuda, haz que diga las palabras, “me puedes ayudar por favor”. Saber cómo pedir ayuda y como aceptarla cuando se ofrece es una habilidad que eventualmente necesitara. Todos lo necesitamos.
24. Ve lo que ella ve. Llénate de los mensajes que está adquiriendo no solo de los programas sino de los comerciales también, de lo que lee, etc.
25. Ora con ella . Muéstrale que puede acudir a Dios en cualquier momento. Que su vida está en manos del creador de los cielos.

viernes, 15 de septiembre de 2017

EL SOMBREO ROJO

La mirada femenina en el espejo.
A los 2 años se mira al espejo y se ve una reina.
A los 7 años se mira y se ve como Cenicienta o como la Bella Durmiente.
A los 14 años se mira cómo se está haciendo "señorita" se ve gorda, con puntitos negros y horrible "No puedo salir con esta facha".
A los 20 años se mira y se ve muy gorda, muy flaca, muy baja, muy alta, muy crespa, muy lacia... Pero decide salir de todas maneras.
A los 30 años se mira y se ve muy gorda, muy flaca, muy baja, muy alta, muy crespa, muy lacia... Pero decide que no tiene tiempo para solucionarlo y sale de todas formas.
A los 40 años se mira y se ve muy gorda, muy flaca, muy baja, muy alta, muy crespa, muy lacia... Pero dice "estoy viva" ...y sale de todos modos.
A los 50 años se mira y dice: "por fin soy yo". Sale y va donde quiere y le parece mejor.
A los 60 años se mira y se acuerda de todas las personas que ni siquiera se pueden ver más en el espejo... Sale y conquista el mundo.
A los 70 años se mira y ve sabiduría, alegría y habilidad... Sale y aprovecha la vida lo mejor que puede.
A los 80 ni se preocupa por mirarse al espejo. Simplemente se pone un sombrero rojo y sale al mundo a divertirse.
Regalemos este mensaje a mujeres que estén cerca nuestro. ¿No les parece que debemos ponernos el sombrero un poco antes?Quizás debamos estar menos pendientes de la apariencia y abrir más el corazón.
Quizás debemos disfrutar más de cada instante y compartir el tiempo con los que amamos
Un gran abrazo a esas maravillosas MUJERES que son mis amigas.

martes, 29 de agosto de 2017

UN GRAN DÍA


Esta mañana desperté emocionado con todas las cosas que tengo que hacer antes de que el reloj marque la medianoche. Tengo responsabilidades que cumplir hoy.
Soy importante. Mi trabajo es escoger qué clase de día voy a tener.
Hoy puedo quejarme porque el día esté lluvioso o puedo dar gracias a Dios porque las plantas estén siendo regadas gratis.
Hoy me puedo sentir triste porque no me queda más dinero o puedo estar contento de que mis finanzas me empujen a planificar mis compras con inteligencia y me guían lejos del derroche.
Hoy puedo quejarme de mi salud o puedo regocijarme de que estoy vivo.
Hoy puedo lamentarme de todo lo que mis padres no me dieron mientras estaba creciendo o puedo sentirme agradecido de que me permitieran haber nacido.
Hoy puedo llorar porque las rosas tienen espinas o puedo celebrar que las espinas tienen rosas.
Hoy puedo autocompadecerme por no tener muchos amigos o puedo emocionarme y embarcarme en la aventura de descubrir nuevas amistades.
Hoy puedo quejarme porque tengo que ir a trabajar o puedo gritar de alegría porque tengo un trabajo que hacer.
Hoy puedo llorar porque no tengo un amor al cual abrazar, o simplemente pensar que en algún sitio hay alguien que está esperándome...
Hoy puedo quejarme porque tengo que ir a la escuela o puedo abrir mi mente enérgicamente y llenarla con nuevos y ricos conocimientos.
Hoy puedo murmurar amargamente porque tengo que hacer las labores del hogar o puedo sentirme honrado porque El Señor me ha dado un techo para mi mente, cuerpo y alma.
Hoy se presenta ante mi este día esperando a que yo le dé forma, y aquí estoy, el escultor que tiene que darle forma.
Lo que suceda hoy depende de mí, yo debo escoger qué tipo de día voy a tener.
Ten un gran día, a menos que tengas otros planes.

lunes, 28 de agosto de 2017

Discurso de los padres de la novia II

Buenas noches. Quiero agradecer a todos ustedes por estar acá, presentes celebrando con nosotros la boda de nuestros hijos.  Hoy empieza la familia (apellido de los novios  xxxx – xxxx) y esperamos que sea una unión duradera y feliz, mientras dure la existencia de los dos;  bienvenida la familia (apellidos del novio xxxx xxxx) a nuestra familia;  pues esta unión no solo es de dos personas;  si no que acerca a dos familias, hecho que nos complace mucho, (nombre del novio xxxx), no desde hoy, hace mucho tiempo que lo consideramos como un miembro más de la familia;  bien venido oficialmente a nuestra familia hijo.
No les parece que la novia está preciosa?  Para nosotros es un verdadero lucero, es la primera de nuestros hijos,  la única mujer, y siempre ha sido la luz de nuestros ojos.  Esta boda a la vez que es una celebración, también nos produce nostalgia, y muchos recuerdos que llegan… de todos los momentos vividos: su nacimiento, su niñez, el colegio, la universidad, cumpleaños, graduaciones, títulos;  tantas celebraciones que pasan y dejan huellas  en nuestras vidas… y en un momento detenerse en la realidad…el matrimonio! Significa que la niña creció ya no es más una niña, tendrá nuevas experiencias de esposa.  Ahora va a emprender el camino de su propia vida, de pareja y familia;  esperamos haberle dado el equipaje apropiado para este viaje.
Como pareja que comienza deberán empezar a afrontar responsabilidades que no tenían antes y que les costará adaptarse a ello; a pesar del tiempo que llevan juntos tendrán que continuar conociéndose, habrá cosas del uno y del otro que puede ser que no les guste, pero ahí es donde radica la esencia de un buen matrimonio, en respetar, tolerar, entender y reconocer que el otro es diferente.  La cooperación entre ambos les garantiza la unión.
Les ha llegado el momento de volar con alas propias, formar un nido independiente y empezar su propio proyecto de vida construyendo una familia. Que Dios los bendiga y los acompañe en su andar.

Bueno reitero nuestro agradecimiento por acompañarnos hoy y propongo un brindis por la felicidad de los novios.