viernes, 22 de enero de 2016

EL TREN DE LA VIDA

La vida se asemeja a un viaje en tren. Con sus estaciones y cambios de vía, algunos accidentes, sorpresas agradables en algunos casos, y profundas tristezas en otros…

Al nacer, nos subimos al tren y nos encontramos con nuestros padres, creemos que siempre viajarán a nuestro lado…  Pero en alguna estación ellos se bajarán dejándonos seguir el viaje, de pronto nos encontraremos sin su compañía y su amor irreemplazable...

No obstante, muchas otras personas que nos serán muy especiales y significativas, se irán subiendo al tren de nuestra vida...  Nuestros hermanos, amigos y en algún momento, el amor de nuestra vida...

Algunos tomarán el tren, para realizar un simple paseo… Otros durante su viaje pasarán por momentos de oscuridad y tristeza… Y siempre encontraremos quienes estén dispuestos ayudar a los más necesitados…

Muchos al bajar, dejan un vacío permanente… otros pasan tan desapercibidos que ni siquiera nos damos cuenta que desocuparon sus asientos...

Es curioso ver como algunos pasajeros, aún los seres queridos, se acomodan en coches distintos al nuestro… Durante todo el trayecto están separados, sin que exista ninguna comunicación… 

Pero en realidad, nada nos impide que nos acerquemos a ellos si existe buena voluntad de nuestra parte…  De lo contrario, puede ser tarde y encontraremos a otra persona en su lugar…

El viaje continúa, lleno de desafíos, sueños, fantasías, alegrías, tristezas, esperas y despedidas...  

Tratemos de tener una buena relación con todos los pasajeros, buscando en cada uno, lo mejor que tengan para ofrecer. En algún momento del trayecto, ellos podrán titubear y probablemente precisaremos entenderlos… pero recordemos que nosotros también, muchas veces, titubeamos y necesitamos a alguien que nos comprenda.
El gran misterio para todos, es que no sabremos jamás en qué estación nos toca bajar. Como tampoco dónde bajarán nuestros compañeros de viaje, ni siquiera el que está sentado a nuestro lado.

A veces pienso en el momento en el que me toque bajar del tren. ¿Sentiré nostalgia, temor, alegría, angustia...?  Separarme de los amigos que hice en el viaje, será doloroso y dejar que mis hijos sigan solos, será muy triste. Pero me aferro a la esperanza de que en algún momento, tendré la gran emoción de verlos llegar a la estación principal con un equipaje que no tenían cuando iniciaron su viaje.

Lo que me hará feliz, será pensar que colaboré para que ellos crecieran y permanecieran en este tren hasta la estación final.

Amigos…hagamos que nuestro viaje en este tren tenga significado, que haya valido la pena.

“Vivamos de manera que cuando llegue el momento de desembarcar, nuestro asiento vacío, deje lindos recuerdos a los que continúan viajando en el Tren de la Vida”

FELIZ VIAJE!!!


jueves, 7 de enero de 2016

Mi esposa no trabaja !


Conversación entre un esposo (H) y un psicólogo (P):
P: ¿Qué se hace para ganarse la vida señor Rogers?
H: Yo trabajo como contador en un banco.
P: Su esposa?
H: No trabaja. Ella es un ama de casa.
P: ¿Quién hace el desayuno para su familia?
H: Mi esposa, ya que ella no trabaja
P: A qué hora por lo general se despierta su esposa?
H: Ella se despierta temprano porque tiene que organizarse antes de poder sentarse desayunar: Pone la mesa, organiza el almuerzo para los niños de la escuela, se asegura de que estén bien vestidas y peinadas, si tomaron desayunaron, si se cepillaron los dientes y se llevan todos sus útiles escolares.
P: ¿Cómo van sus hijos a la escuela?
H: Mi mujer los lleva a la escuela, ya que ella no trabaja.
P: Después de llevar a sus hijos a la escuela, que hace ella?
H: Por lo general tarda en resolver algo en la calle, como el pago de facturas o hacer una parada en el supermercado. Una vez de vuelta a casa, debe tener a tiempo el almuerzo. Sirve la mesa, ordenar la cocina y luego se encargará de lavandería y limpieza de la casa. Ya sabes, como es eso.
P: Por la noche, después de regresar a casa desde la oficina, ¿Qué haces?
H: Descanso, por supuesto. Pues estoy cansado después de trabajar todo el día en el banco.
P: ¿Qué hace tu esposa en la noche?
H: Ella hace la cena, nos sirve a mis hijos y a mí, lava los platos, ordena una vez más la casa. Después de ayuda a los niños a prepararse para dormir, dar leche caliente que les gusta beber, verifica que laven sus dientes...
Esta es la rutina diaria de muchas mujeres en todo el mundo, empieza por la mañana y continúa hasta altas horas de la noche ... Esto se llama "no trabaja" ?!
Ser Ama de casa no tiene diplomas, pero cumplen un papel clave en la vida familiar!
Desfrute y aprecie a su esposa, madre, abuela, tía, hermana, hija... porque su sacrificio es invaluable.
Alguien le preguntó...
Usted es una mujer que trabaja o es sólo "ama de casa”??
Ella respondió:
Yo trabajo como esposa del hogar, 24 horas al día ..
Soy una madre,
soy mujer,
soy la hija,
soy el despertador,
soy el cocinero,
soy la criada,
soy el maestro,
soy el camarero,
soy la niñera,
soy enfermera,
soy un trabajador manual,
soy un agente de seguridad,
soy el consejero,
soy el edredón,
No tengo vacaciones,
Ni tengo la licencia por enfermedad.
No tengo día libre
Trabajo día y noche,
Estoy de guardia todo el tiempo,
No recibo sueldo y ...
Aun así, suelo escuchar la frase:
"Pero ¿Qué haces todo el día?"
Dedicado a todas las mujeres que dan su vida por el bienestar de sus familias
La mujer es como la sal:
Su presencia no se recuerda, pero su ausencia hace que todo se quede sin sabor
Comparte con todas las bellas damas de tu vida.

domingo, 27 de diciembre de 2015

LAS SILLAS VACIAS

Empiezan los preparativos,
cual será el menú de la cena
y en que lugar nos reuniremos. 
Y aparece la pregunta inevitable:
Cuantos somos este año?
Y en la respuesta aparecen implícitamente:
"Las Sillas Vacías"
de las personas que no están…
Las que están lejos y que la vida llevo por otro camino,
la que eligió no estar porque se enemisto con alguien
de la familia y la que Dios se llevo a su lado...
Y aparece la tristeza y las sillas vacías duelen…
Entonces es cuando más necesito
ese abrazo que cobija, que protege, que es prolongado…
y que lamentablemente no va a llegar…
Entonces me doy cuenta que extraño esa sonrisa,
esas conversaciones amenas, esa complicidad que teníamos,
esa mano dispuesta a ayudarme siempre, esa compañía…
Los ojos se me llenan de lágrimas y duele mucho,
muchísimo, pero esa es la realidad y hay que aceptarla,
suspiro profundo y cierro mis ojos
como queriendo que ese aire
llegue hasta esa persona que me falta,
abro mis ojos y giro la cabeza
y lo que veo son las "Sillas Ocupadas":
son las personas que me aman y que yo amo...
¡Y entonces sonrió!
Así es la vida con pérdidas y ganancias…
Y así voy a brindar el 24 y el 31
con lágrimas contenidas
por esas "Sillas Vacías"
y sonriendo desde el alma
por las "Sillas Ocupadas".
Alegre, si alegre, a pesar de la tristeza,
porque estar alegre no necesariamente es estar feliz .
La alegría es una emoción pasajera
que termina cuando el buen momento finaliza.
La felicidad es otra cosa, es un estado del alma.
Ser feliz, es estar en paz, pleno, en paz
sabiendo que estoy recorriendo el camino correcto,
el que coincide con el sentido de mi vida,
el de mis temores y mi coraje,
mis virtudes y mis defectos,
mi camino, el que yo elegí,
un camino en el que hice todo lo que pude y más…
Brindaré por los que no están
y brindaré incondicionalmente por los que si están,
por los que ame y por los que amo
y con lo que tengo procuraré ser feliz.
Posiblemente tu también tengas "Sillas Vacías"
en tu mesa este año al igual que yo,
pero a pesar de los ausentes
y con la dicha de los presentes,
te deseo una Feliz Navidad
y Próspero Año Nuevo para ti y toda tu familia,
que sus anhelos se hagan realidad
y que llegue a ti lo que tanto anhela tu corazón.
Disfruta de lo que tienes hoy
porque no todos tienen esa dicha.
Un gran abrazo, bendiciones para tu vida

EL PUNTO NEGRO... 0 LA HOJA EN BLANCO.....

Cierto día un profesor entró en el aula de clase y le dijo a los alumnos que se prepararan para una prueba inesperada. Todos se sentaron en sus pupitres aguardando temerosos el examen que venía. Entonces, el profesor fue entregando las pruebas con el texto boca abajo, como era su costumbre.
Después de que todos recibieran la hoja, pidió que le dieran la vuelta. Sorprendentemente para todos, no había ninguna pregunta o texto escrito; tan solo un punto negro en el centro de la hoja. El profesor, viendo la expresión de sorpresa que todos tenían, dijo lo siguiente: ahora vosotros vais a escribir un comentario sobre lo que estáis viendo. Todos los alumnos, confundidos, comenzaron entonces la curiosa y extraña tarea.
Terminado el tiempo, el maestro recogió las hojas, se puso delante de la clase y comenzó a leer las redacciones, una a una, en voz alta.
Todas las pruebas, sin excepción, definían el punto negro, intentando dar explicaciones de su presencia al centro de la hoja. Terminada la lectura, con el aula en silencio, el profesor comenzó a explicar: esta prueba no cuenta para nota; solo sirve de lección para todos. Nadie en la sala ha escrito sobre la hoja en blanco. Todos habéis centrado vuestra atención en el punto negro.
Esto es lo que nos ocurre en nuestras vidas: en la vida de cada uno, en la vida de pareja y de familia, como también en la sociedad. El evangelio de San Mateo (7,1-5) exhorta a quitarnos la viga que tenemos en la vista antes de quitar la mota del ojo del hermano; nos da a entender que debemos mirar primero los propios defectos antes de criticar los defectos del prójimo.
Un mito griego quiso explicar por qué somos más propensos a ver los errores del hermano antes que los propias: la divinidad pagana había colocado sobre los hombros de los hombres unas alforjas que debían llevar sobre el pecho y a la espalda; en la alforja delantera llevaban los defectos ajenos y a la espalda los propios; por esta razón, ven más fácilmente los errores ajenos. De esta forma, entendemos por qué aquellos niños del relato centraron su reflexión sobre ‘el punto negro’ y no sobre ‘la hoja en blanco’.
Aquel profesor hizo tomar conciencia del hecho frecuente de centrar la atención en la mota que tienen en los ojos los demás mientras olvidamos la viga que tenemos delante, que nos impide ver lo mucho que hay de bueno en la creación, en las personas. Hemos llegado al punto que la buena noticia en la radio, en la prensa, en la pequeña pantalla, no nos llama la atención; estamos a la expectativa, a la caza de la mala noticia y es ésta la que impacta.
Esta actitud de centrarnos en ‘el punto negro’ es muy frecuente: los esposos se reprochan sus defectos el uno al otro, olvidando las cualidades y virtudes del cónyuge; los padres de familia advierten a sus hijos de su mala conducta, pero pasan por alto lo bueno que hacen. E. Villagrán resalta que “muchas veces los padres de familia se dirigen a los hijos para mandarlos, para castigarlos, para llamarles la atención, para corregirlos, pero muy pocas veces o ninguna para alabarlos, felicitarlos, motivarlos, aplaudirlos, reconocer sus cualidades, aciertos, éxitos y progresos”.
Y añade: “se debe felicitar, incentivar, agradecer, alentar, motivar a los hijos para que se sientan contentos y dispuestos a seguir luchando por su propio provecho y perfeccionamiento. A los hijos les agrada mucho escuchar de sus padres palabras de cariño y de entusiasmo; esto les ayuda a valorar lo que hacen y a valorarse como personas”. ¿A quién no le agrada recibir un elogio, unas palabras de estímulo?. Reconocer lo mucho que hay de bueno en las personas es, en última instancia, un reconocimiento al Creador que ha distribuido sus perfecciones y talentos entre los hombres.

Todos los hombres somos una página en blanco en la que debemos escribir nuestra propia historia, construida a base del desarrollo de los muchos talentos que Dios nos ha dado. Esta es nuestra gran responsabilidad, pero también nuestra mejor honra y satisfacción: hacer de la página en blanco un testimonio de la bondad que hay en nuestro ser.

viernes, 11 de diciembre de 2015

TE AMO MAMA

Como todas las mañanas desde hace ya 6 años, me despertó mi madre esta mañana para ir a la escuela, había pasado mala noche, con pesadillas sobre monstruos, y me costaba trabajo levantarme.
A los diez minutos mi madre volvió a despertarme esta vez con más ternura, se estaba haciendo tarde, me levanté rápidamente, apenas si me lavé la cara, me zampé el desayuno en un abrir y cerrar de ojos, y ahí estaba mi mamá diciéndome; que coma más despacio, que te vas a ahogar.
Con las prisas del momento le contesté de mal modo.- si ya lo sé, no empieces a regañarme, (aún tuve que soportar las preguntas de rigor) ¿llevas el almuerzo? ¿te cepillaste los dientes? ¿tienes listos los libros? y yo aún mas impaciente le contestaba levantando la voz - ¡que te dije que sí!
Ella sonrió suavemente y me dijo: - anda, dale un beso a mamá y ve con cuidado a la escuela.
Alcé los hombros con fastidio y le dije medio enfadado: --¡mamá! que ya es tarde no tengo tiempo para eso.
Está bien hijo, ve de prisa, que Dios te proteja..- contestó ella.
Aún retumban mis propias palabras en mi oído: no tengo tiempo para eso ........con las prisas y el enfado me pasó por alto un leve destello de tristeza en su mirada. Mientras iba corriendo hacia la escuela, estuve a punto de regresarme y darle un beso a mi mamá, sentía un nudo en el corazón, pero mis compañeros comenzaron a llamarme y fui hacia ellos ¿con que excusa regresaría?¿que iba a darle un beso a mi mamá? - se hubiesen reído de mí-
De todas formas al regresar a casa después de las clases , vería a mi mamá en la puerta de mi casa esperándome como siempre, temerosa de que me suceda algo, impaciente si tardo unos minutos, ya que me he entretenido con mis amigos.
El día se me pasó volando en la escuela, entre clase y clase, juegos y almuerzo, y se me había olvidado el incidente de la mañana, sin embargo esta vez, apenas sonó el timbre salí corriendo a mi casa sin entretenerme, desde la esquina esperaba divisar la figura de mi madre en la puerta, pero
no había nadie esta vez. Supuse que estaría adentro entretenida con algo, pero extrañé de momento su presencia tan segura.
Antes de tocar el timbre, salió a la puerta mi padre -¿pero era mi padre?- aquel hombre era mucho mayor de lo que siempre me había parecido, los hombros caídos, los ojos hinchados y un profundo halo de tristeza lo rodeaba, mi corazón empezó a latir alocadamente presintiendo algo, apenas me salió la voz para decir.....¿qué pasa? papá ¿mamá está bien? y en un suspiro me contestó: " tu mamá sufrió un ataque al corazón esta mañana, su muerte fue instantánea, nadie se enteró hasta que vinieron a visitarla y la encontraron ahí tendida en el pasillo, fue muy rápido, hijo, se fue nuestro ángel........." un sollozo salió de su garganta y no pudo seguir hablando.
¿Mi mamá? ¡¡¡mmmmmmmmaaaammmmaaaaaaaaaaaa!!! dios perdóname, dile que me perdone, aún soy un niño pretendiendo ser un hombre, dile por favor que ella es lo que más quiero en esta vida, y que prometo valorar a las personas que comparten conmigo mi existencia, no malhumorarme con ellas sin ningún motivo, y que les daré mil besos, día a día, por todos los que no pude darle a ella. Cuídala por mí, mi dios, que cuando me toque la hora de partir de este mundo venga a mi pecho y me arrope como siempre lo hizo.
Y si ya no está con nosotros, no te preocupes; una mamá es muy necia y nunca te dejará solo, te quiere muchisisisisimoooo...

jueves, 5 de noviembre de 2015

LAS CUATRO ESPOSAS

vez un rey que tenía cuatro esposas. Él amaba a su cuarta esposa más que a las demás y la adornaba con ricas vestiduras y la complacía con las delicadezas más finas. Sólo le daba lo mejor. También amaba mucho a su tercera esposa y siempre la exhibía en los reinos vecinos. Sin embargo, temía que algún día ella se fuera con otro.
También amaba a su segunda esposa. Ella era su confidente y siempre se mostraba bondadosa, considerada y paciente con él. Cada vez que el rey tenía un problema, confiaba en ella para ayudarle a salir de los tiempos difíciles. La primera esposa del rey era una compañera muy leal y había hecho grandes contribuciones para mantener tanto la riqueza como el reino del monarca. Sin embargo, él no amaba a su primera esposa y aunque ella le amaba profundamente, apenas si el se fijaba en ella. Un día, el rey enfermó y se dio cuenta de que le quedaba poco tiempo. Pensó acerca de su vida de lujo y caviló: Ahora tengo cuatro esposas conmigo pero, cuando muera, estaré solo".
Así que le pregunto a su cuarta esposa: "Te he amado más que a las demás, te he dotado con las mejores vestimentas y te he cuidado con esmero. Ahora que estoy muriendo,¿estarías dispuesta a seguirme y ser mi compañía?"
"¡Ni pensarlo!", contestó la cuarta esposa, y se alejó sin decir más palabras. Su respuesta penetró en su corazón como un cuchillo afilado.
El entristecido monarca le preguntó a su tercera esposa:
"Te he amado toda mi vida. Ahora que estoy muriendo, ¿Estarías dispuesta a seguirme y ser mi compañía?"
"!No!", contestó su tercera esposa. "¡La vida es demasiado buena! Cuando mueras, pienso volverme a casar!"
Su corazón experimentó una fuerte sacudida y se puso frío.
Entonces preguntó a su segunda esposa: "Siempre he venido a ti por ayuda y siempre has estado allí para mí. Cuando muera, estarías dispuesta a seguirme y ser mi compañía?"
"¡Lo siento, no puedo ayudarte esta vez!", contestó la segunda esposa. "Lo más que puedo hacer por ti es enterrarte". Su respuesta vino como un relámpago estruendoso que devastó al rey.
Entonces escuchó una voz:
"Me iré contigo y te seguiré dondequiera que tu vayas". El rey dirigió la mirada en dirección de la voz y allí estaba su primera esposa. Se veía tan delgaducha, sufría de desnutrición.
Profundamente afectado, el monarca dijo: Debí haberte atendido mejor cuando tuve la oportunidad de hacerlo!"
En realidad, todos tenemos cuatro esposas en nuestras vidas.
Nuestra cuarta esposa es nuestro cuerpo. No importa cuanto tiempo y esfuerzo invirtamos en hacerlo lucir bien, nos dejará cuando muramos.
Nuestra tercera esposa son nuestras posesiones, condición social y riqueza. Cuando muramos, irán a parar a otros.
Nuestra segunda esposa es nuestra familia y amigos. No importa cuanto nos hayan sido de apoyo a nosotros aquí, lo más que podrán hacer es acompañarnos hasta el sepulcro.
Y nuestra primera esposa es nuestra alma, frecuentemente ignorada en la búsqueda de la fortuna, el poder y los placeres del ego. Sin embargo, nuestra alma es la única que nos acompañará dondequiera que vayamos. Así que, cultívala, fortalécela y cuídala ahora! Es el regalo más grande que puedes ofrecerle al mundo. ¡Déjala brillar!


EL TONTO DEL PUEBLO.

Se cuenta que en un localidad de interior, un grupo de personas se divertían con el tonto del pueblo, un pobre infeliz de poca inteligencia, que vivía haciendo pequeños mandados y limosnas. Diariamente algunos hombres llamaban al tonto al bar donde se reunían y le ofrecían escoger entre dos monedas: una de tamaño grande de 400 reales y otra de menor tamaño, pero de 2000 reales. Él siempre cogía la más grande y menos valiosa, lo que era motivo de risas para todos. Un día, alguien que observaba al grupo divertirse con el inocente hombre, le llamó aparte y le preguntó si todavía no había percibido que la moneda de mayor tamaño valía menos y este le respondió: Lo sé, no soy tan tonto, vale cinco veces menos, pero el día que escoja la otra, el jueguito acaba y no voy a ganar más mi moneda.
Esta historia podría concluir aquí, como un simple chiste, pero se pueden sacar varias conclusiones:
La primera: Quien parece tonto, no siempre lo es.
La segunda: ¿Cuáles eran los verdaderos tontos de la historia?
La tercera: Una ambición desmedida puede acabar cortando tu fuente de ingresos.
Pero la conclusión más interesante es: Podemos estar bien, aun cuando los otros no tengan una buena opinión sobre nosotros mismos. Por lo tanto, lo que importa no es lo que piensan de nosotros, sino lo que uno piensa de sí mismo.

"El verdadero hombre inteligente es el que aparenta ser tonto delante de un tonto que aparenta ser inteligente"