Elogia
a tres personas cada día.
Contempla
el amanecer por lo menos una vez al año.
Déjales
buena propina a las camareras que te sirvan el desayuno.
Mira
a los ojos a las personas.
Di
“gracias” con frecuencia.
Di
“por favor” con frecuencia.
Gasta
menos de lo que ganes.
Trata
a la gente como quisieras que te trataran.
Dona
sangre todos los años.
Haz
nuevas amistades, pero cultiva las viejas.
Guarda
los secretos.
No
pierdas el tiempo aprendiendo las “artimañas del oficio”. Mejor aprende el
oficio.
Reconoce
tus errores.
Sé
valiente. Si no lo eres, finge serlo; nadie advierte la diferencia.
Escoge
una campaña de beneficencia en tu comunidad y apóyala generosamente con tiempo
y dinero.
Utiliza
las tarjetas de crédito sólo por comodidad; nunca por el crédito.
No
engañes.
Fíjate
un año como plazo para leer la Biblia de principio a fin.
Aprende
a escuchar. A veces, las oportunidades tocan muy quedo a la puerta.
Nunca
prives a nadie de la esperanza; puede ser lo único que una persona posea.
En
tus oraciones no pidas cosas, sino sabiduría y valor.
No
tomes decisiones cuando estés enojado.
Cuida
tu postura física.
Cuando
entres en un recinto, hazlo con determinación y confianza. ,
Nunca
hables de negocios en un elevador. No sabes quién podría oírte.
No
pagues un trabajo hasta que esté concluido.
Sustituye
la palabra problema por la palabra oportunidad.
Aléjate
de las murmuraciones.
Cuídate
de quien no tenga nada que perder.
Cuando
afrontes una tarea difícil, procede como si fuera imposible fallar.
No
aceptes más compromisos de los que puedas cumplir.
Aprende
a decir “no” con cortesía y presteza.
No
esperes que la vida sea justa.
Nunca
subestimes el poder del perdón.
No
dudes en perder una batalla si esto te lleva a ganar la guerra.
Con
respecto a los muebles y la ropa: si piensas usarlos durante cinco años o más,
compra lo mejor que puedas pagar.
Sé
atrevido y valiente. Cuando vuelvas la vista atrás, lamentarás más las cosas que
no hayas hecho que aquellas que hiciste.
Olvídate
de los comités. Las ideas nuevas, nobles y capaces de cambiar al mundo
provienen siempre de una persona que trabaja sola.
Declara
la guerra a la basura.
Los
músicos callejeros son un tesoro. Detente un momento y escúchalos. Déjales
luego un pequeño donativo.
Cuando
arrostres un problema grave de salud, busca la opinión de tres médicos por lo
menos.
No
salgas de tu casa tras discutir con tu esposa.
Si
obtienes servicios, alimentos o productos de mala calidad, notifícalo a la
persona responsable. Los buenos administradores apreciarán la información.
No
aplaces las cosas. Haz lo que sea preciso en el momento preciso.
Establece
con claridad tus prioridades. Nadie, en su lecho de muerte, ha exclamado:
“¡Caramba, si hubiera pasado más tiempo en la oficinal”
No
temas decir: “No sé”.
No
temas decir: “Lo siento”.
Elabora
una lista de 25 cosas que desees experimentar antes de morir. Llévala en tu
cartera y consúltala con frecuencia.
Llama
por teléfono a tu madre.
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