Cuando era pequeña, mi madre me parecía sabia, recuerdo como admiraba esos
dibujos de personas con los brazos gruesos cual dibujos de Botero, y
esas matas de plátano con sus racimos perfectos que ella pintaba en
mis tareas. Era asombroso preguntarle las tablas de multiplicar cuando
resolvíamos problemas, ella se las sabia todas!.
No
se medía en alabanzas y reconocimiento de nuestras aptitudes, el amor por sus
hijas era desbordante, consentidora, mimosa, confiada y comprensiva,
madre como tú no habrá otra igual!
Cuando
salíamos ella nos cogía de la mano y no nos soltaba como un tesoro,
que tal y se fueran a perder mis niñas? Y si nos entreteníamos en el
camino, en sus afanes por llegar de nuevo a casa, nos apuraba al
caminar. Nunca nos falto nada, porque así no hubiese, ella era maga
para conseguir lo que necesitábamos. No le importaba si ella no
podía comer, lo importante era que sus pequeñas estuvieran satisfechas.
Con el
paso del tiempo, las hijas crecieron, algunas nos fuimos, llegaron los nietos ,
pero mi madre siguió siempre tan abnegada y dedicada ahora a cuidar los nietos
mientras sus hijas trabajaban.
Sus
hijas siempre fueron su mayor orgullo, a punto de sonrojarnos cuando hablaba de
nosotras, pues para ellas éramos las mas buenas hijas del mundo, se
sentía el orgullo que tenia , y con razón porque
,sola, con mucho esfuerzo y
sus escasos recursos que ella multiplicaba una y otra vez
logró formar una familia con principios y valores que solo el amor
de madre puede dar; y así fue nuestro deseo de
no defraudarle, confío en no haberlo hecho, y que en su recuerdo haya
quedado esa ilusión y orgullo con que siempre nos veía,
Y pasó más tiempo……….., y aquella que nos había enseñado y educado, ya no nos conocía, se volvió viejita y pequeñita… volvió a la infancia, ahora sus hijas le enseñaban, le miraban con benevolencia, y con una costosa paciencia que el amor convirtió en devoción. Pero el tiempo inexorable, y el alzheimer cumplieron su cometido, cada día se deterioraba mas.
Y pasó más tiempo……….., y aquella que nos había enseñado y educado, ya no nos conocía, se volvió viejita y pequeñita… volvió a la infancia, ahora sus hijas le enseñaban, le miraban con benevolencia, y con una costosa paciencia que el amor convirtió en devoción. Pero el tiempo inexorable, y el alzheimer cumplieron su cometido, cada día se deterioraba mas.
Nos
duele el estado de nuestra madre, y posiblemente ella no
se alcance a dar cuenta de su estado, y por eso
damos gracias a Dios, ella no soportaría la
inactividad, y nos duele porque somos egoístas, pues aún estando, ya
no esta, ya no habla, no regaña, no aconseja ,no ve, no nos reconoce…………
aunque sabemos que si nos ama, nos hace falta y nos seguirá haciendo
falta ” mi mama” que siempre estaba a una
mirada de distancia, o un llamado, aunque no fuera de
urgencia. Siempre dispuesta para lo que sus hijas necesitaran o
quisieran.
Cuando
llegue el día en que tenga que partir aún sin que ella lo sepa
sonarán campanas de gloria esperando un ángel en el cielo que
cumplió su cometido en la tierra, que aunque no pudo disfrutar riquezas
materiales, daba todo de si para que los suyos estuviesen
bien; y solo una caricia o una palabra dulce, la hacia la mas feliz
de los mortales, se lleva el reconocimiento de
quien la conoció, como una mujer valiente y luchadora, que hizo hasta lo
imposible por sacar sus hijas adelante, sin importar las dificultades de la
vida, y se lleva el amor de sus hijas y nietos que la acompañaran por
siempre………..!
Y
nos habrás dejado un legado invaluable, la unión de la familia, que como un
roble crece,
engrosando su
tallo del que van saliendo ramas que lo hacen cada día
mas frondoso, para dar sombra y proteger a todos sus miembros.
Te
amamos madre!!!!!!!
PARA MI MADRE QUE YA NO
ESTA.........
Martha Lucia Vargas
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