viernes, 30 de diciembre de 2016

EL BALANCE DEL AÑO

Mi percepción a medida que envejezco es que no hay años malos. Hay años de fuertes aprendizajes y otros que son como un recreo, pero malos no son. Creo firmemente que la forma en que se debería evaluar un año tendría más que ver con cuánto fuimos capaces de amar, de perdonar, de reír, de aprender cosas nuevas, de haber desafiado nuestros egos y nuestros apegos.
Por eso, no debiéramos tenerle miedo al sufrimiento ni al tan temido fracaso, porque ambos son sólo instancias de aprendizaje.
Nos cuesta mucho entender que la vida y el cómo vivirla depende de nosotros, el cómo enganchamos con las cosas que no queremos, depende sólo del cultivo de la voluntad. Si no me gusta la vida que tengo, deberé desarrollar las estrategias para cambiarla, pero está en mi voluntad el poder hacerlo.
“Ser feliz es una decisión”, no nos olvidemos de eso. Entonces, con estos criterios me preguntaba qué tenía que hacer yo para poder construir un buen año porque todos estamos en el camino de aprender todos los días a ser mejores y de entender que a esta vida vinimos a tres cosas:
1.     A aprender a amar.
2.     A dejar huella.
3.     A ser felices.
Crear calidez dentro de nuestras casas, hogares, y para eso tiene que haber olor a comida, cojines aplastados y hasta manchados, cierto desorden que acuse que ahí hay vida.
Nuestras casas independientes de los recursos se están volviendo demasiado perfectas que parece que nadie puede vivir adentro.
Tratemos de crecer en lo espiritual, cualquiera sea la visión de ello. La trascendencia y el darle sentido a lo que hacemos tiene que ver con la inteligencia espiritual. Tratemos de dosificar la tecnología y demos paso a la conversación, a los juegos “antiguos”, a los encuentros familiares, a los encuentros con amigos, dentro de casa. Valoremos la intimidad, el calor y el amor dentro de nuestras familias. Si logramos trabajar en estos puntos y yo me comprometo a intentarlo, habremos decretado ser felices, lo cual no nos exime de los problemas, pero nos hace entender que la única diferencia entre alguien feliz o no, no tiene que ver con los problemas que tengamos sino que con la ACTITUD con la cual enfrentemos lo que nos toca.
Dicen que las alegrías, cuando se comparten, se agrandan. Y que en cambio, con las penas pasa al revés. Se achican.
Tal vez lo que sucede, es que al compartir, lo que se dilata es el corazón.
Y un corazón dilatado esta mejor capacitado para gozar de las alegrías y mejor defendido para que las penas no nos lastimen por dentro.

Por MAMERTO MENAPACE 
Monje Benedictino

Valorar la vida

Hoy estuve pensando en la mala costumbre que tenemos los seres humanos de valorar algo solamente en su ausencia.
Valoramos el dinero cuando nos falta.
Valoramos el tiempo cuando estamos muriendo.
Valoramos la familia cuando la perdimos.
Valoramos el frío cuando hace calor, y deseamos que haga calor cuando hace frío.
Solamente cuando recibimos un golpe bajo, dejamos de posponer la vida para después.
Vivimos de recuerdos del pasado, o anhelando un futuro que ni sabemos si vamos a alcanzar, mientras sufrimos el presente como si nos encontráramos en una prisión sin salida.
Nos quejamos de nuestros hijos pequeños, y luego cuando crecen deseamos que vuelvan a ser niños.
Vivimos discutiendo con nuestros padres, y luego cuando mueren, anhelamos con todo nuestro ser poder retroceder el tiempo y darles tan solo un abrazo más.
Nos quejamos de todo lo que nos falta, y nos olvidamos de disfrutar de lo que nos sobra.
El ayer ya pasó, y el futuro es incierto.
Solamente nos queda vivir aquí, y ahora, y sembrar lo mejor que tengamos, confiando en que vamos a cosechar lo mejor después.
¿Por qué esperar para decir TE AMO?
¿Por qué no luchar hoy por lo que deseas?
¿Por qué guardarte sonrisas, abrazos, y besos?
¿Por qué no pedir perdón?
Nunca creemos que se nos puede acabar el tiempo, hasta que se nos acaba.
Nunca creemos que podemos perder algo, hasta que lo perdemos.
Nunca creemos que vamos a morir, hasta que estamos muriendo.
¿Por qué no mejor disfrutar del sol, cuando está brillando?
¿Por qué no mejor dejar que la lluvia nos moje, cuando está lloviendo?
¿Por qué no reír cuando estamos felices, y llorar cuando sufrimos?
Sufrir, también es vivir. Que duela también es señal de que puedes SENTIR. Sentir, todavía es señal de que hay ESPERANZA.
No esperes a enterarte de que estás muriendo, para empezar a vivir. La vida es solo esto, el AQUÍ y el AHORA. ¡Todo lo demás es ilusión!

Cuanta razón existe en ésta reflexión, solo por hoy viviré cada instante de mi vida. Y sobre todo Agradecer a Dios por darnos aliento de vida, la oportunidad de corregir los errores.

jueves, 22 de diciembre de 2016

VIDA



Ya perdoné errores casi imperdonables.
Trate de sustituir personas insustituibles,
de olvidar personas inolvidables.

Ya hice cosas por impulso.

Ya me decepcioné con algunas personas,
mas también yo decepcioné a alguien

Ya abracé para proteger.
Ya me reí cuando no podía.
Ya hice amigos eternos.
Ya amé y fui amado pero también fui rechazado.
Ya fui amado y no supe amar.

Ya grité y salté de felicidad.
Ya viví de amor e hice juramentos eternos,
pero también los he roto y muchos.

Ya lloré escuchando música y viendo fotos.
Ya llamé sólo para escuchar una voz.

Ya me enamoré por una sonrisa.
Ya pensé que iba a morir de tanta nostalgia y..

Tuve miedo de perder a alguien especial
(y termine perdiéndolo) ¡¡
pero sobreviví !!
Y todavía vivo !!
No paso por la vida.

Y tú tampoco deberías sólo pasar ...
VIVE!!!

Bueno es ir a la lucha con determinación
abrazar la vida y vivir con pasión.

Perder con clase y vencer con osadía,
porque el mundo pertenece a quien se atreve
y la vida es mucho más para ser insignificante.

Charles Chaplin


CUANDO ME AME DE VERDAD

"Cuando me amé de verdad
comprendí que en cualquier circunstancia,
yo estaba en el lugar correcto, en la hora correcta,
y en el momento exacto, y entonces, pude relajarme.
Hoy sé que eso tiene un nombre… 
Autoestima
Cuando me amé de verdad,
pude percibir que mi angustia,
y mi sufrimiento emocional, no es sino una señal
de que voy contra mis propias verdades.
Hoy sé que eso es… 
Autenticidad
Cuando me amé de verdad,
dejé de desear que mi vida fuera diferente,
y comencé a aceptar todo lo que acontece,
y que contribuye a mi crecimiento.
Hoy eso se llama… 
Madurez
Cuando me amé de verdad,
comencé a percibir que es ofensivo tratar de forzar alguna situación, o persona,
sólo para realizar aquello que deseo, aun sabiendo que no es el momento,
o la persona no está preparada, inclusive yo mismo.
Hoy sé que el nombre de eso es… 
Respeto
Cuando me amé de verdad,
comencé a librarme de todo lo que no fuese saludable:
personas, situaciones y cualquier cosa
que me empujara hacia abajo.
De inicio mi razón llamó a esa actitud egoísmo.
Hoy se llama… 
Amor Propio
Cuando me amé de verdad,
dejé de temer al tiempo libre
y desistí de hacer grandes planes,
abandoné los mega-proyectos de futuro.
Hoy hago lo que encuentro correcto, lo que me gusta,
cuando quiero, y a mi propio ritmo.
Hoy sé que eso es… 
Simplicidad y Sencillez
Cuando me amé de verdad,
desistí de querer tener siempre la razón,
y así erré menos veces.
Hoy descubrí que eso es… 
Humildad
Cuando me amé de verdad,
desistí de quedarme reviviendo el pasado,
y preocupándome por el futuro.
Ahora, me mantengo en el presente,
que es donde la vida acontece. Hoy vivo un día a la vez.
Y eso se llama… 
Plenitud
Cuando me amé de verdad,
percibí que mi mente puede atormentarme y decepcionarme.
Pero cuando la coloco al servicio de mi corazón,
ella tiene una gran y valioso aliado.
Todo eso es… 
Saber Vivir
No debemos tener miedo de cuestionarnos,
de hecho hasta los planetas chocan,
y del caos suelen nacer la mayoría de las estrellas."

–Charles Chaplin

martes, 20 de septiembre de 2016

REFLEXION DE UNA MUJER MADURA.


Dicen que, a cierta edad, las mujeres nos hacemos invisibles, que nuestro protagonismo en la escena de la vida declina, y que nos volvemos inexistentes para un mundo en el que sólo cabe el ímpetu de los años jóvenes.

Yo no sé si me habré vuelto invisible para el mundo, es muy probable, pero nunca fui tan consciente de mi existencia como ahora; nunca me sentí tan protagonista de mi vida, y nunca disfruté tanto de cada momento de mi vida.

Descubrí que no soy una princesa de cuento de hadas; descubrí al ser humano que sencillamente soy, con sus miserias y sus grandezas.

Descubrí que puedo permitirme el lujo de no ser perfecta, de estar llena de defectos, de tener debilidades, de equivocarme, de hacer cosas indebidas, de no responder a las expectativas de los demás. Y, a pesar de ello, quererme mucho.

Cuando me miro al espejo ya no busco a la que fuí en el pasado… sonrío a la que soy HOY…. me alegro del camino andado, y asumo mis contradicciones.

Siento que debo saludar, a la joven que fui, con cariño, pero dejarla “a un lado”, porque ahora me estorba. Su mundo de ilusiones y fantasía ya no me interesa.

¡Qué bien no sentir ese desasosiego permanente que produce correr tras los sueños!

La vida es tan corta y el oficio de vivirla es tan difícil, que cuando uno comienza a aprenderlo, ya hay que morirse.

El ser humano tarda mucho en madurar, ¿verdad? TENER-RETENER. Las realidades más grandes y más bellas tanto más las tendrás cuanto menos las poseas y retengas.


Si quieres tener el mar, contémplalo, y abre tus manos en sus aguas, y todo el mar estará en ellas. Porque si cierras tus manos para retenerlo, se quedarán vacías.

Si quieres tener un amigo peregrino, déjalo marchar y lo tendrás… porque si lo retienes posesivamente, lo estarás perdiendo, y tendrás un prisionero.

Si quieres tener el viento, extiende tus brazos, abre tus manos y todo el viento será tuyo, porque si quieres retenerlo, te quedarás sin nada.

Si quieres tener a tu hijo, déjalo crecer, déjalo partir y que se aleje… lo tendrás maduro a su regreso, porque si lo retienes dominado, lo pierdes para siempre.

Si quieres tener el sol y gozar de su luz maravillosa, abre los ojos y contempla… porque si los cierras para retener la luz que ya alcanzaste, te quedarás a oscuras.

Si quieres vivir el gozo de Tener, libérate de la manía de poseer y retener. Goza de la mariposa que revolotea, goza del río que corre huidizo.

Goza de la flor que se abre cara al cielo. Goza teniendo todo, sin poseerlo y sin retenerlo.

Sólo así gozarás de la vida, sabiendo que la tienes sin poseerla, y dejándola correr sin retenerla.


APRENDE DE LAS ADVERSIDADES

De tanto perder aprendí a ganar...
De tanto llorar se me dibujo esta sonrisa.
Conozco tanto el piso que sólo miro el cielo.
Toqué tantas veces fondo que cada vez que bajo ya se que mañana subiré...
Me asombra tanto cómo es el ser humano, que aprendí a ser yo mismo.
Tuve que sentir la soledad para aprender acompañarme...
Intenté ayudar tantas veces a los demás, que aprendí a esperar a que me pidan ayuda.
Hago sólo lo que debo, de la mejor forma que puedo y los demás que hagan lo que quieran.
Ví tantas liebres correr sin sentido que aprendí a ser tortuga y apreciar el recorrido…
y lo más importante.... aprendí a ser feliz con las personas que realmente me hacen sentir bien con solo una sonrisa !!! 

Tienes que darte cuenta de que tu puedes.
Tienes que tener fe en la única persona a la que tal vez, nunca has escuchado.... a ti.

Empieza a creer en ti, y veras como tus sueños se pueden convertir en realidad. Tienes poder, sabiduría y amor ilimitados a tu disposición.

La victoria fue siempre para quien jamás dudo de si misma...

Fija tus ojos hacia adelante en lo que puedes hacer...y no hacia atrás en lo que no puedes cambiar
"Las personas siempre culpan a las circunstancias, pero no es así, quienes  salen adelante son quienes  buscan las condiciones y si no las encuentran las crean" .
 

.La vida es una oportunidad, beneficiáte de ella.
La vida es belleza, admírala. La vida es un sueño, alcánzalo.
La vida es un desafío, enfréntalo, La vida es un juego, juégalo

martes, 23 de agosto de 2016

UN PEDACITO DE CIELO



Un campesino cansado de la rutina del campo y de tanto trabajo duro, decidió vender su finca. Como sabía que su vecino era un destacado poeta, decidió pedirle el favor que le hiciera el aviso de venta. El poeta accedió gustosamente.
El aviso decía:
"Vendo un pedacito de cielo, adornado con bellas flores y verdes árboles, hermosos prados y un cristalino río con el agua más pura que jamás hayan visto".
El poeta tuvo que marcharse por un tiempo, pero a su regreso decidió visitar... a sus nuevos vecinos, pensando que aquél hombre del aviso se había mudado. Su sorpresa fue mayor al ver al campesino trabajando en sus faenas.
El poeta preguntó: ¡Amigo! ¿No se iba de la finca? El campesino con una sonrisa le respondió: -No mi querido vecino, después de leer el aviso que usted me hizo, comprendí que tenía el lugar más maravilloso de la tierra y que no existe otro mejor...
Moraleja: No esperes a que venga un poeta para hacerte un aviso que diga lo maravillosa que es tu vida, tu hogar, tu familia y lo que con tanto trabajo hoy posees. Dale gracias a Dios porque tienes vida, salud y esperanza de poder seguir luchando para alcanzar tus metas... Que el Señor bendiga ese pedacito de cielo que es tu vida y tu familia...
Buenas tardes!!!! 

Las estaciones de la vida
Hoy tenemos un cuento corto sobre la importancia de observar durante un buen tiempo antes de formarse una opinión, ya sea sobre las personas o sobre nuestra propia vida.
Érase una vez un hombre que tenía cuatro hijos y quería que ellos aprendieran a no juzgar las cosas de manera precipitada. Entonces, se le ocurrió enviarles a ver un árbol, un peral que estaba lejos de casa.

El primer hijo fue en invierno; el segundo, en primavera; el tercero, en verano y el más joven, en otoño.
Ya que los cuatro fueron a ver el árbol y volvieron, les pidió que describieran lo que habían visto.
El primero dijo que el árbol era horrible; estaba doblado y retorcido.
El segundo dijo que no; que el árbol estaba cubierto de brotes verdes y cargado de promesas.
El tercero no estaba de acuerdo. Según él, el árbol lucía exultante y se llenaba de flores que olían divinamente.
El último tampoco coincidió con ellos. Dijo que el árbol era maduro y que de él caían muchos frutos.
Ya que todos hablaron, el padre les comentó que tenían razón, pero que cada uno de ellos sólo había visto una estación en la vida del árbol.
Lo cual le sirvió para explicar a sus hijos que no pueden juzgar a un árbol o a una persona por una única estación de su vida. Hay que fijarse en su esencia, que se conoce cuando se van cumpliendo estaciones sucesivas.
Por lo mismo, sería un error considerar nuestra vida como algo mustio y consumido por una mala estación. Pueden estar por venir la promesa de la primavera, la belleza del verano y los frutos del otoño.


TODO HIJO ES PADRE DE LA MUERTE DE SU PADRE


Hay una ruptura en la historia de la familia, donde las edades se acumulan y se superponen y el orden natural no tiene sentido: es cuando el hijo se convierte en el padre de su padre.

Es cuando el padre se hace mayor y comienza a trotar como si estuviera dentro de la niebla. Lento, lento, impreciso.

Es cuando uno de los padres que te tomó con fuerza de la mano cuando eras pequeño ya no quiere estar solo. Es cuando el padre, una vez firme e insuperable, se debilita y toma aliento dos veces antes de levantarse de su lugar.


Es cuando el padre, que en otro tiempo había mandado y ordenado, hoy solo suspira, solo gime, y busca dónde está la puerta y la ventana - todo corredor ahora está lejos.

Es cuando uno de los padres antes dispuesto y trabajador fracasa en ponerse su propia ropa y no recuerda sus medicamentos.

Y nosotros, como hijos, no haremos otra cosa sino aceptar que somos responsables de esa vida. Aquella vida que nos engendró depende de nuestra vida para morir en paz.

Todo hijo es el padre de la muerte de su padre.

Tal vez la vejez del padre y de la madre es curiosamente el último embarazo. Nuestra última enseñanza. Una oportunidad para devolver los cuidados y el amor que nos han dado por décadas.

Y así como adaptamos nuestra casa para cuidar de nuestros bebés, bloqueando tomas de luz y poniendo corralitos, ahora vamos a cambiar la distribución de los muebles para nuestros padres.

La primera transformación ocurre en el cuarto de baño.

Seremos los padres de nuestros padres los que ahora pondremos una barra en la regadera.

La barra es emblemática. La barra es simbólica. La barra es inaugurar el "destemplamiento de las aguas".

Porque la ducha, simple y refrescante, ahora es una tempestad para los viejos pies de nuestros protectores. No podemos dejarlos ningún momento.

La casa de quien cuida de sus padres tendrá abrazaderas por las paredes. Y nuestros brazos se extenderán en forma de barandillas .

Envejecer es caminar sosteniéndose de los objetos, envejecer es incluso subir escaleras sin escalones.

Seremos extraños en nuestra propia casa. Observaremos cada detalle con miedo y desconocimiento, con duda y preocupación. Seremos arquitectos, diseñadores, ingenieros frustrados. ¿Cómo no previmos que nuestros padres se enfermarían y necesitarían de nosotros?

Nos lamentaremos de los sofás, las estatuas y la escalera de caracol. Lamentaremos todos los obstáculos y la alfombra.

Feliz el hijo que es el padre de su padre antes de su muerte, y pobre del hijo que aparece sólo en el funeral y no se despide un poco cada día.

Mi amigo Joseph Klein acompañó a su padre hasta sus últimos minutos.

En el hospital, la enfermera hacía la maniobra para moverlo de la cama a la camilla, tratando de cambiar las sábanas cuando Joe gritó desde su asiento:

- Deja que te ayude .

Reunió fuerzas y tomó por primera a su padre en su regazo.

Colocó la cara de su padre contra su pecho.

Acomodó en sus hombros a su padre consumido por el cáncer: pequeño, arrugado, frágil , tembloroso.

Se quedó abrazándolo por un buen tiempo, el tiempo equivalente a su infancia, el tiempo equivalente a su adolescencia, un buen tiempo, un tiempo interminable.

Meciendo a su padre de un lado al otro.

Acariciando a su padre.

Calmado el su padre.

Y decía en voz baja :

- Estoy aquí, estoy aquí, papá!


Lo que un padre quiere oír al final de su vida es que su hijo está ahí