domingo, 16 de agosto de 2015

MI MAMÁ NO TIENE NOVIO




De visita en casa de mis abuelos, me divierte ver a mi tía la menor prepararse cuando espera a su novio: toda contenta se peina, perfuma y pinta los labios, se viste muy guapa, y corre de un lado a otro de la casa, arreglando todo con detalle para que su "mi amor" no encuentre defecto alguno en el entorno. Entonces llega el novio, oliendo a mucha loción y cuando se miran... ¡uff!, parece que flotan en el aire.
Se abrazan con ternura, y ella le ofrece algo de tomar, junto con las galletas que le preparó durante la tarde. Además, el celebra todo lo que ella le prepara, para cenar con esmero.
Luego se sientan a platicar tontería y media por horas, después de lograr que los niños desaparezcamos de la sala; se escuchan el uno al otro sin perder detalle, ni soltarse sus manos, hasta que al susodicho no le queda más remedio que despedirse, cuando mi abuelo empieza a rondar, con la almohada bajo el brazo.
Al día siguiente, le pregunto a mi mamá: mami, ¿quién es tu novio?, y me dice muy sonriente que su novio es mi papá... (?!)... "No, mami, en serio..." pero ella insiste y yo no lo creo... ¿Cómo va a ser mi papá su novio?
En primera, él nunca llega con un ramo de flores, ni chocolates; sí le da un regalo a mamá en su cumpleaños y navidad, pero nunca he visto que el novio de mi tía se presente con una licuadora o dinero, para que se compre algo.
Además, mamá no pone cara de Blanca Nieves cuando papá llega del trabajo, ni él sonríe como príncipe azul, cuando la mira. Mamá no corre a arreglarse el peinado, ni a pintarse los labios cuando suena el timbre de la puerta, y apenas voltea a verlo para decir "hola", porque está revisando las tareas de nosotros.
El saludo de mi papá, en vez de "hola, mi vida" es "Hola... ¡que día!", y de inmediato se pone en las peores fachas, para estar cómodo.
En lugar de "¿qué se te antoja de cenar?"; Mi mamá le pregunta temerosa: "Qué... ¿quieres cenar?", y cuando creo que papá le va a decir: "Que bonita te ves hoy", le pregunta: "¿no viste dónde quedó el control de la televisión?".
Los novios se dicen cosas románticas como "¡cuánto te amo!", en vez de " ¿fuiste al banco?".
Mi tía y su novio no pueden dejar de mirarse.
Cuando mamá pasa delante de papá, el mueve la cabeza hacia los lados, para no perder detalle de lo que está viendo en la tele.
A veces, papá le da un abrazo sorpresa a mamá, pero ella tiene que zafarse, porque siempre está a las carreras, y a veces le oigo susurrar: "¡no, suéltame, ahí andan los niños!"... Ha de ser malo abrazarse después de casados.
Además, mis papás sólo se dan la mano cuando en misa el padre dice: "dense fraternalmente la paz". Yo creo que ella me dice que son novios, para que no me entere de que "cortaron" cuando se casaron. La verdad, yo veo que mi mamá no tiene novio, y mi papá no tiene novia.
¡Qué aburrido casarse...! ¡SÓLO SON ESPOSOS...!
Los hijos todo lo observan. Demuestra tu amor a tu pareja. Haz de tu hogar un lugar donde se viva el amor en su plenitud, no dejes entrar a la rutina, ni al orgullo. De eso dependerá tu felicidad.

¡PEDALEA!


La vida es como andar en bicicleta... te caes, solo si dejas de pedalear.
Al principio veía a Dios como el que me observaba, como un juez que llevaba cuenta de lo que hacía mal, como para ver si merecía el cielo o el infierno cuando muriera. Era como un presidente, reconocía su foto cuando la veía, pero realmente no lo conocía.
Pero luego reconocí a mi Poder Superior; parecía como si la vida fuera un viaje en bicicleta, pero era una bici de dos plazas, y noté que Dios viajaba atrás y me ayudaba a pedalear.
No sé cuando sucedió, no me di cuenta cuándo fue, que Él sugirió que cambiáramos de lugares. Lo que sí sé es que mi vida no ha sido la misma desde entonces.
Mi vida con Dios es muy emocionante. Cuando yo tenía el control, yo sabía a dónde iba. Era un tanto aburrido, pero predecible. Era la distancia más corta entre dos puntos. Pero cuando Él tomó el liderazgo, Él conocía otros caminos, caminos diferentes, hermosos, por las montañas, a través de lugares con paisajes, velocidades increíbles. Lo único que podía hacer era sostenerme; aunque pareciera una locura, Él sólo me decía: "¡Pedalea!"
Me preocupaba y ansiosamente le preguntaba, "¿A dónde me llevas?" Él solo sonreía y no me contestaba, así que comencé a confiar en Él.
Me olvidé de mi aburrida vida y comencé una aventura, y cuando yo decía "estoy asustado", Él se inclinaba un poco para atrás y tocaba mi mano.
Él me llevó a conocer gente con dones, dones de sanidad y aceptación, de gozo. Ellos me dieron esos dones para llevarlos en mi viaje; nuestro viaje, de Dios y mío.
Y allá íbamos otra vez. Él me dijo: "Comparte estos dones, dalos a la gente, son sobrepeso, mucho peso extra". Y así lo hice... a la gente que conocimos, encontré que en el dar yo recibía y mi carga era ligera.
No confié mucho en Él al principio, en darle el control de mi vida. Pensé que la echaría a perder, pero Él conocía cosas que yo no sabía acerca de andar en bici... secretos.
Él sabía como girar para dar vueltas cerradas, saltar para librarnos de obstáculos llenos de piedras, inclusive volar para evitar horribles caminos.
Y ahora estoy aprendiendo a callar y pedalear por los más extraños lugares. Estoy aprendiendo a disfrutar de la vista y de la suave brisa en mi cara y sobre todo de la increíble y deliciosa compañía de mi Dios.
Y cuando estoy seguro que ya no puedo más, Él solo sonríe y me dice: "¡Pedalea!"


EL CARPINTERO



Un viejo carpintero estaba listo para retirarse. Le comunicó a su jefe sus planes de dejar el trabajo en la industria de la construcción de casas y vivir una vida mas placentera con su esposa y su familia. El echaría de menos el salario que recibía pero quería retirarse.
El jefe estaba triste de ver que un buen empleado se retiraba y le pidió, como favor personal, que construyera una última casa. El carpintero dijo que sí pero con el tiempo se vio que su corazón y su esfuerzo no estaban en el trabajo. No hizo bien su labor y seleccionó materiales de baja calidad. Fue la peor casa que había construido en su vida.
Fue una manera infortunada de terminar su carrera. Cuando el carpintero terminó el trabajo y el jefe vino a inspeccionar, le abrió la puerta al carpintero, lo invitó a seguir y le dijo "Esta es tu casa, mi regalo para ti".
¡Qué lástima! ¡Qué arrepentimiento! "Si hubiera sabido que esta casa iba a ser para mí, la construyo de manera diferente" dijo el carpintero.
Ahora tenía que vivir en la casa que él mismo había construido y era un desastre.
Lo mismo sucede con nosotros. Construimos nuestra vida de una manera displicente, de una manera reactiva en lugar de positiva. Esperamos en lugar de actuar. Ponemos mucho menos de lo que tenemos en nuestros esfuerzos y vivimos en una permanente queja tratando de culpar a los demás de nuestra situación.
En cosas importantes, con la familia, amigos, el trabajo, etc., no damos lo mejor que tenemos. Entonces, con sorpresa, nos encontramos viviendo en la casa que nosotros mismos hemos construído. "Si lo hubiera sabido, habría actuado diferente" pensamos.

Piense en usted mismo como el carpintero. Piense acerca de su casa. Cada día, cuando tenga que clavar un clavo o levantar una pared, hágalo sabiamente, hágalo con amor y dé lo mejor que tiene. Es la única vida que llegará a construir. Aún si vive solo por un día más, ese día merece vivirse de una manera digna y gratificante.

...Y Dios dijo...



Si nadie te ama, mi alegría es amarte.
Si lloras, estoy deseando consolarte.
Si eres débil, te daré mi fuerza y mi alegría.
Si nadie te necesita, yo te busco.
Si eres inútil, yo no puedo prescindir de ti.
Si estás vacío, mi ternura te colmará.
Si tienes miedo, te llevo en mis brazos.
Si quieres caminar, iré contigo.
Si me llamas, vengo siempre.
Si te pierdes, no duermo hasta encontrarte.
Si estás cansado, soy tu descanso.
Si pecas, soy tu perdón.
Si me hablas, trátame de tú.

Si me pides, soy don para ti.
Si me necesitas, te digo: estoy aquí dentro de ti.
Si te resistes, no quiero que hagas nada a la fuerza.
Si estás a oscuras, soy lámpara para tus pasos.
Si tienes hambre, soy pan de vida para ti.
Si eres infiel, yo soy fiel contigo.
Si quieres hablar, yo te escucho siempre.
Si me miras, verás la verdad en tu corazón.
Si estás en prisión, te voy a visitar y liberar.
Si te marchas, no quiero que guardes las apariencias.
Si piensas que soy tu rival, no quiero quedar por encima de ti
Si quieres ver mi rostro, mira una flor, una fuente, un niño.
Si estás excluido, yo soy afiliado.
Si todos te olvidan, mis entrañas se estremecen recordándote.
Si no tienes a nadie, me tienes a mí.
Si eres silencio, mi palabra habitará en tu corazón.

Sólo soy un turista



Hace unos días, mientras me afeitaba delante de un espejo, me dí cuenta de que me habían salido las primeras canas en mi cabello moreno. Este hecho me hizo pensar en el versículo 10 del salmo 90, que dice así: "Nuestra vida dura apenas setenta años, y ochenta, si tenemos más vigor: en su mayor parte son fatiga y miseria, porque pasan pronto, y nosotros nos vamos"
Me dí cuenta de que los años van pasando.
Un poco más tarde, salí a dar un paseo y por la calle vi pasar un vehículo diferente a los demás. La diferencia estaba en el portaequipajes, donde llevaba un adhesivo con una frase que me llamó la atención. Incluso más que llamarme la atención, reaccioné sonriendo y me ayudó a vivir el resto de mi vida esperando con tranquilidad el resto de las canas que le faltan a mi cabello. La frase del automóvil decía "Sólo soy un turista en la Tierra".
Esta es una frase para aplicarla en nuestra vida. Esta frase nos da una pauta sobre cómo tiene que ser nuestra vida en la tierra.
¿Qué es lo que hace un turista? Viajar y conocer ciudades. ¿Qué es lo que lleva un turista cuando viaja? Sólo lleva lo necesario, y sobre todo lo principal: la cámara fotográfica, actualmente incluida en la mayoría de los teléfonos móviles. Un turista disfruta el viaje y aprovecha para tomar las mejores fotografías del lugar donde estuvo, para mostrarlas luego con orgullo a los familiares y amigos.
Así tiene que ser nuestra vida diaria. Si sólo somos turistas en la tierra, si sólo estamos de paso por este mundo, aprovechemos para vivir nuestra vida tomando las mejores fotografías. Preocupémonos de llevar al cielo las mejores imágenes de nuestra vida. Si somos turistas en la Tierra, saquemos y llevemos a la eternidad fotos de bondad y amabilidad, fotos de alegría, fotos de solidaridad con el prójimo. Si somos turistas en la Tierra, llevémonos a la eternidad sólo fotos de Fe, fotos de esperanza, fotos de amor y sobre todo, fotos de buenas acciones y Santidad.

Como turistas espirituales, aprovechemos bien el tiempo que nos resta de vida. Nuestra plegaria diaria tendría que ser la del salmo 90,12: "Enséñanos a calcular nuestros años, para que nuestro corazón alcance la sabiduría". A esta oración podemos añadirle también lo siguiente: Enséñanos, Señor, a tomar excelentes fotografías de nuestra vida. Enséñanos, Señor, a llevar las mejores fotos a la eternidad. Amén

UNA VERDADERA SENTENCIA DE DIVORCIO


Se presenta ante el juez una pareja con sus respectivos abogados, ya que están en trámites de divorcio. El abogado de la mujer reclama para la mujer el 50% de la venta de la casa, propiedad de los dos cónyuges, así como una pensión de por vida por la cantidad de $500, que según enumera, será para cubrir los gastos de electricidad, teléfono, y una pequeña lista de gastos mensuales. El abogado del hombre protesta, alegando que el hombre no tiene ninguna obligación hacia su mujer toda vez que ya los hijos son mayores de edad, están casados y que ella bien puede ir a trabajar y mantenerse por si misma y que ella nunca contribuyó a la manutención de esa casa, ni aportó ningún dinero para la compra de la misma. El juez escucha ambas partes y se queda indeciso por un momento leyendo los documentos. De pronto, se escucha a la mujer llorando y el juez le dice:-¿Que le pasa señora? -Señor Juez, yo creo que es cierto. Así que voy a aceptar la sentencia de divorcio sin ninguna obligación de parte de mi marido hacia mi persona. Después de todo, yo bien pudiera ser una mujer profesional e independiente. El juez le pregunta:-¿Y porque usted no se convirtió en una mujer profesional e independiente? ¿Hay alguna razón que se lo impidiera? -Realmente, Señor Juez, no había ninguna, fueron decisiones tomadas por mi voluntariamente.- ¿Pudiera ser más explícita y enumerarme esas razones que Usted. alega?-Bueno, cuando me casé, yo acababa de graduarme de la High School. Mi intención había sido estudiar Enfermería, pero no había dinero para pagar los gastos de dos personas estudiando, así que le dije a mi esposo que estudiara él y luego lo haría yo...-Bien, y que paso que cuando el se graduó de ingeniero, ¿porque no estudió Usted.?-Pues, verá, el me pidió que tuviéramos nuestro primer hijo, ya que llevábamos cinco años casados y aún no lo habíamos tenido.-¿Y que pasó después?-Nada, el niño nació, él no quería que el niño fuera cuidado por personas extrañas, y yo entendí que el tenia razón, que con lo que él ganaba nos podíamos remediar ya que el ganaba muy buen sueldo, así que decidí quedarme en la casa con nuestro hijo.-Y que sucedió luego, cuando el niño creció, ¿por qué no fue a estudiar?-Nada, que ya para entonces tenia dos hijos más...-¿Dos más?-Si, es que Usted. vera: Cuando tuvimos el primer hijo, mi esposo me dijo que debíamos tener un segundo para que el niño no se quedara sin hermanos, así que tuvimos el segundo tres años después, pero era otro varón...-Y... ¿que tenía eso que ver...?-No, no había ningún problema, estábamos muy felices, pero mi esposo me dijo que para que la felicidad fuera completa, debíamos tratar de tener una niña...-¿Y...?-Pues cuando el segundo hijo tenia ya 4 años, quedé embarazada y tuve a la niña...-Y entonces ¿por qué no estudió cuando ella creció?-Porque no había quien llevara al mayor a las prácticas de pelota..., ni los llevara a la escuela, pues el autobús los dejaba muy lejos de la casa. Temiendo por su seguridad, mi esposo y yo decidimos que yo les llevaría a la escuela y les recogería... Así las cosas, dejaba al mayor en la secundaria, seguía con el segundo para la escuela primaria y regresaba a la casa con la niña a preparar todo para la tarde. Cuando les recogía, dejaba al mayor en las prácticas de judo y al otro en las de futbol y seguía con la niña para las de ballet.-Entonces, siguió Usted. posponiendo su educación...-Si, Señor Juez, lo hice de propia voluntad.-Y cuando sus tres hijos se fueron independizando, ¿por qué no ingresó a la universidad?-Para entonces la madre de mi esposo había enviudado, se enfermó y necesitaba de alguien que la cuidara, así que, hablamos del asunto y llegamos a la conclusión que no la íbamos a poner en un asilo, sino, que la traeríamos a vivir con nosotros, ya que los hijos estaban fuera.-¿Y cuánto duró esta etapa..?-Bueno, unos seis años... Ella tenía Alzheimer y como la cuidábamos tan bien, pues su decadencia no fue rápida, se tomó bastante. De hecho, murió de un ataque al corazón, después que llegamos del paseo que todas las mañanas dábamos por el barrio. Ud. sabe, a ella le encantaba darle de comer a las palomas en el parque...-Y mientras tanto, quiero decir, durante todos esos años, ¿había alguien que le ayudara...?-¿Ayudarme...? ¿A qué...?-Pues a limpiar la casa, cocinar, quiero decir, las labores normales de un hogar...-No, realmente, mi esposo ganaba muy buen sueldo, pero figúrese, eran tres hijos que criar, educar, el costo de la vida cada vez subía más, yo trataba de ahorrar, pero...-Y ¿cómo ahorraba Ud.?-Pues, en lugar de llevar la ropa a la lavandería, yo lavaba en casa, planchaba la ropa de mi esposo y los muchachos, arreglaba el jardín..., esto era lo que me costaba más esfuerzo, pues yo tengo problemas de la columna..., pero siempre una hace su esfuercito y le aseguro que nuestro jardín no tenia nada que envidiarle al de nadie en nuestra calle.-Y ¿quién cocinaba?, ¿Usted. también...?-Por supuesto, mi esposo odiaba la comida de los restaurantes, como él tenía que almorzar fuera con sus clientes tantas veces, pues decía que nada como la comida que yo le preparaba...-Y por supuesto, Usted. no iba a esas comidas...-¿A qué comidas...?-A las de su esposo con sus clientes...-No, no tenía tiempo... Precisamente, fue en una de esas comidas que conoció a Patricia...-¿Patricia? ¿Quién es Patricia?-Su novia, la joven con quien se va a casar cuando terminemos el divorcio.-Y ¿Cómo sabe Usted. que se va a casar con ella?-Porque me encontré con ellos en casa de unos amigos comunes el día que estaban dando la noticia de su compromiso.El juez se quedó mirando a la mujer y al esposo. Se levantó, cogió los folders con todos los papeles y se retiró. Todos se quedaron mirándose unos a otros, alguno encogió los hombros y se sentaron a esperar que regresara. Al poco rato el juez regreso. Se sentó y se ajustó las gafas. Entonces, cerró los folders, los puso a un lado y dijo:-Señora, he revisado cuidadosamente estas demandas. Y he llegado a las siguientes conclusiones: 1ro. El divorcio se le adjudica con fecha efectiva a partir de hoy.2do. Su esposo no tiene que pasarle una pensión. A oír estas dos decisiones, el abogado y el marido se miraron con inteligente regocijo. Pero el juez prosiguió...3ro. Usted. Se queda como dueña absoluta de su casa, el Mercedes Benz propiedad de su ex esposo, la cuenta de ahorros, la de cheques, las cuáles pondrá a su nombre inmediatamente y de las cuáles él no puede tocar un centavo o lo tendrá que devolver, así como la declaro beneficiaria absoluta de sus seguros de vida, de sus planes de retiro, así como es obligación de su esposo seguir pagando su seguro médico hasta que Ud. muera. Mi decisión se basa en que sumando los sueldos que como administradora, cocinera, chofer, servicios de lavandería y de jardinería, enfermera, etc., usted prestó a su esposo, incluyendo hijos y suegra… Esta decisión será apenas una retribución parcial de salarios retenidos por los veintiséis años de servicios ininterrumpidos que Ud. ha prestado. Como hay que ser objetivos, sabemos que su esposo no podría pagar esa deuda, de ahí que pagará lo que, si bien no es suficiente, será relativamente justo. Además, él pagará sus gastos de educación, transportación y libros, si Usted. Decide regresar a la universidad a estudiar la carrera que Usted. Escoja. HE DICHO!

UNA FACTURA PARA MAMÁ


Guillermo se parecía mucho a su papá. Todo el mundo lo notaba. Se llamaba igual que su papá. Hasta caminaba y hablaba como su papá. Un día mientras Guillermo pensaba en eso, se dijo: “Todos dicen que soy como Papá. Pero hay algo en que no nos parecemos. Papá gana su dinero y yo no gano nada, aunque trabajo mucho aquí en casa.
Todo el que trabaja recibe un sueldo. Yo trabajo más que todo para mi mamá. Le cobraré a Mamá por el trabajo que hago y así tendré dinero para gastar”.
Cuanto más consideraba el asunto, más le parecía la idea de cobrarle a su mamá. Un día buscó papel y un lápiz. 
Comenzó a hacerle una factura a la mamá. Sabía bien como hacerla, a la izquierda apuntó el trabajo que él hacía, y a la derecha la cantidad que cobraba.
Guillermo decidió cobrarle por semana. Como título escribió: “Lo que Mamá le debe a Guillermo”. Después hizo la lista:
Cargar leña……………………….$0,50
Cargar agua………………………$0,50
(Estos dos trabajos eran pesados y los hacía a diario. Sin duda valían más que $0,50, pero decidió conformarse con esa cantidad).
Ir a la tienda……………………..$0,50
(No le tocaba ir a menudo, pero la tienda quedaba bastante lejos y le costaba cargar las compras.) Siguió escribiendo:
Cuidar a la hermanita……………$0,75
(Mamá la ponía en el cochecito, y le decía:”Llévala a la veranda y no la dejes llorar,”Así que le tocaba pasearla, mientras los amigos que pasaban por allí le decían:”¡Hola, niñera!; ¡Eres una chica!”. Por supuesto que esa humillación valía $0,75.) Siguió listando:
Barrer el portal……………………$0,25
(El portal abarcaba los dos lados de la casa y había que barrerla a menudo)
Cortar el césped y desyerbar…..$0,50
(Éste era el trabajo más duro. Siempre había algo que desyerbar)
La factura parecía bastante grande. Por el momento Guillermo no quiso hacerla más grande. Sumó las cantidades y escribió:
Total de lo que Mamá le debe a Guillermo……..$3,00
¡Qué plan tan bueno! ¡Qué bien lo iba a pasar, comprando goma de mascar, canicas y golosinas!
No hallaba como entregarle a su mamá la factura. No le parecía la idea de solamente presentársela y decir: “Mamá, aquí tiene una factura de lo que me debe”. Decidó ponerla debajo del palto de su mamá justo antes de la cena.
Cuando la mamá encontró la factura, la metió en el bosillo de su delantal sin decir nada. Terminaron de cenar y lavaron los platos. Mamá todavía no había dicho nada de la factura. Se acostaron sin que se hubiera dicho algo de pagarle a Guillermo. Él se preguntaba cuando le pagaría su mamá. Le costó conciliar el sueño. A la mañana siguiente, al despertarse, lo primero que pensó fue: “Me pregunto cuando me va a pagar”. Pasó la hora del desayuno y la del almuerzo, sin que la mamá comentara algo de la factura o que la pagara.
Llegó la hora de la cena. Después de pedir la bendición por la comida, Guillermo encontró un papelito debajo de su plato. Comenzó a leerlo. El título decía: “Lo que Guillermo le debe a Mamá”.
-”Yo no sabía que le debía algo”- se dijo para sí Guillermo. Siguió leyendo:
Preparar tres comidas diarias los 365 días del año…………………………$0,00
Cuidar a Guillermo cuando está enfermo…………………………………….$0,00
Remendar la ropa de Guillermo………………………………………………..$0,00
Lavar y planchar la ropa de Guillermo………………………………………..$0,00
Seguía una lista de todo lo que hace una madre por sus hijos. Después decía:
Total de lo que Guillermo le debe a Mamá…………………………………..$0,00
Cuando Guillermo terminó de leer la factura, se bajó de la silla. Se acercó a su mamá y la abrazó mientras le decía:
-Mamá, si me perdona, le prometo nunca hacerle otra factura

El hombre y el mundo


 

Un científico, que vivía preocupado con los problemas del mundo, estaba resuelto a encontrar los medios para aminorarlos. Pasaba días en su laboratorio en busca de respuestas para sus dudas.

Cierto día, su hijo de 7 años invadió su santuario decidido a ayudarlo a trabajar. El científico, nervioso por la interrupción, le pidió al niño que fuese a jugar a otro lugar. Viendo que era imposible sacarlo, el padre pensó en algo que pudiese darle con el objetivo de distraer su atención.

De repente se encontró con una revista en donde venía el mapa del mundo ¡Justo lo que precisaba!. Con unas tijeras recortó el mapa en varios pedazos y junto con un rollo de cinta se lo entregó a su hijo diciendo: -”Como te gustan los rompecabezas, te voy a dar el mundo todo roto, para que lo repares sin ayuda de nadie”.

Entonces calculó que al pequeño le llevaría días componer el mapa, pero no fue así. Pasadas algunas horas, escuchó la voz del niño que lo llamaba calmadamente. -”Papá, ya hice todo, conseguí terminarlo”.

Al principio el padre no dio crédito a las palabras del niño. Pensó que sería imposible que, a su edad, hubiera conseguido recomponer un mapa que jamás había visto antes. Desconfiado, el científico levantó la vista de sus anotaciones con la certeza de que vería el trabajo digno de un niño.

Para su sorpresa, el mapa estaba completo. Todos los pedazos habían sido colocados en sus debidos lugares. ¿Cómo era posible? ¿Cómo el niño había sido capaz?

-Hijito, tú no sabías cómo era el mundo, ¿cómo lograste armarlo?

-Papá, yo no sabía cómo era el mundo, pero cuando sacaste el mapa de la revista para recortarlo, vi que del otro lado estaba la figura de un hombre…

Así que dí vuelta a los recortes y comencé a recomponer al hombre, que si sabía como era. Cuando conseguí arreglar al hombre, di vuelta la hoja y vi que había arreglado al mundo

Los dos sacos


 

Hay una antigua leyenda acerca de tres hombres, cada uno de los cuales, cargaba dos sacos, sujetos a sus cuellos, uno al frente y el otro a sus espaldas.

Cuando al primero de ellos le preguntaron que había en sus sacos, el dijo: -Todo cuanto de bueno me han dado mis amigos se halla en el saco de atrás, ahí fuera de la vista, y al poco tiempo olvidado. El saco de enfrente contiene todas las cosas desagradables que me han acontecido y, en mi andar, me detengo con frecuencia, saco esas cosas y las examino desde todos los ángulos posibles. Me concentro en ellas y las estudio. Y dirijo todos mis sentimientos y pensamientos hacia ellas.

En consecuencia, como el primer hombre siempre se estaba deteniendo para reflexionar sobre las cosas desafortunadas que le habían sucedido en el pasado, lo que lograba avanzar era muy poco.

Cuando al segundo hombre le preguntaron qué era lo que llevaba en sus dos sacos, el respondió: -En el saco de enfrente están todas las buenas acciones que he hecho. Las llevo delante de mí y continuamente las saco y las exhibo para que todo mundo las vea. Mientras que el saco que llevo atrás, contiene todos mis errores. Los llevo conmigo a dondequiera que voy. Es mucho lo que pesan y no me permiten avanzar con rapidez, pero por alguna razón, no puedo desprenderme de ellos.

Al preguntarle al tercer hombre sobre sus sacos, él contestó: -El saco que llevo al frente, está lleno de maravillosos pensamientos acerca de la gente, los actos bondadosos que han realizado y todo cuanto de bueno he tenido en mi vida. Es un saco muy grande y está lleno, pero no pesa mucho. Su peso es como las velas de un barco “lejos de ser una carga” me ayudan a avanzar. Por su parte, el saco que llevo a mis espaldas está vacío, pues le he hecho un gran orificio en el fondo. En ese saco, puse todo lo malo que escuché de los demás así como todo lo malo que a veces pienso acerca de mí mismo. Esas cosas se fueron saliendo por el agujero y se perdieron para siempre, de modo que ya no hay peso que me haga más penoso el trayecto

QUEDA PROHIBIDO

Queda prohibido llorar sin aprender, levantarte un día sin saber qué hacer, tener miedo a tus recuerdos.
Queda prohibido no sonreír a los problemas, no luchar por lo que quieres, abandonarlo todo por miedo, no convertir en realidad tus sueños.
Queda prohibido no demostrar tu amor, hacer que alguien pague tus deudas y tu mal humor.
Queda prohibido dejar a tus amigos, no intentar comprender lo que vivieron juntos, llamarles sólo cuando los necesitas.
Queda prohibido no intentar de nuevo construir tu hogar, no comprender, no ser paciente y no amar a tu cónyuge.
Queda prohibido no ser tú mismo ante la gente, fingir ante las personas que no te importan, hacerte el gracioso con tal que te recuerden, olvidar a toda la gente que te quiere.
Queda prohibido no hacer las cosas por ti mismo, tener miedo a la vida y a sus compromisos, no vivir cada día como si fuera tu último suspiro.
Queda prohibido echar a alguien de menos sin alegrarte.
Queda prohibido no intentar comprender a las personas, no pensar que sus vidas valen más que la tuya y no saber que cada uno tiene su camino y su dicha.
Queda prohibido no crear tu historia, no tener un momento para gente que te necesita, no comprender que aquello que la vida te da, también te lo quita.
Queda prohibido no buscar tu felicidad, no vivir tu vida con una actitud positiva, no pensar en que podemos ser mejores, no sentir que sin ti este mundo no seria igual.
Queda prohibido renunciar a la lucha contra la corrupción y el caudillismo, queda prohibido doblegar las banderas ante los obstáculos y el cinismo.

Queda prohibido no buscar a Dios cuando el espíritu está sediento de él.