sábado, 22 de junio de 2013

MADRE ME HACES FALTA


 Cuando era pequeña, mi madre me parecía sabia, recuerdo como admiraba esos dibujos  de personas con los brazos gruesos cual dibujos de Botero, y esas matas de plátano con sus racimos perfectos  que ella pintaba en mis tareas. Era asombroso preguntarle las tablas de multiplicar cuando resolvíamos problemas, ella se las sabia todas!. 
No se medía en alabanzas y reconocimiento de nuestras aptitudes, el amor por sus hijas era desbordante, consentidora, mimosa, confiada  y comprensiva, madre como tú  no habrá otra igual!
Cuando salíamos ella nos cogía  de la mano y no nos soltaba como un tesoro, que tal y se fueran a perder mis niñas?  Y si nos entreteníamos en el camino,  en sus afanes por llegar de nuevo a casa, nos apuraba al caminar. Nunca nos falto nada,  porque así no hubiese, ella era maga para conseguir lo que necesitábamos.  No le importaba si ella no podía comer, lo importante era que sus pequeñas estuvieran satisfechas.
Con  el paso del tiempo, las hijas crecieron, algunas nos fuimos, llegaron los nietos , pero mi madre siguió siempre tan abnegada y dedicada ahora a cuidar los nietos mientras sus hijas trabajaban. 
Sus hijas siempre fueron su mayor orgullo, a punto de sonrojarnos cuando hablaba de nosotras, pues para ellas éramos las  mas buenas hijas del mundo, se sentía  el orgullo que tenia , y con razón porque ,sola,  con mucho esfuerzo y sus  escasos  recursos que ella multiplicaba una y otra vez logró formar una familia  con principios y valores que solo el amor de madre puede dar;  y  así fue  nuestro deseo de no defraudarle, confío en  no haberlo hecho, y que en su recuerdo haya quedado esa ilusión y orgullo con que siempre nos veía,
Y pasó más tiempo……….., y  aquella  que nos había enseñado y educado, ya no nos conocía,  se volvió viejita y pequeñita…  volvió a la infancia, ahora sus hijas  le enseñaban, le miraban  con benevolencia, y con  una costosa paciencia  que el amor convirtió en devoción.  Pero el tiempo inexorable, y el alzheimer  cumplieron  su cometido, cada día se deterioraba mas.
Nos duele el estado de nuestra madre, y  posiblemente  ella no se  alcance a dar cuenta de su estado, y por eso damos  gracias a Dios, ella no soportaría la inactividad,  y nos duele porque somos egoístas, pues aún estando, ya no esta, ya no habla, no regaña, no aconseja ,no ve, no nos reconoce………… aunque sabemos  que si nos ama, nos hace falta y nos seguirá haciendo falta      ” mi mama” que siempre estaba a una mirada de distancia, o un llamado,  aunque no fuera de urgencia.  Siempre dispuesta para lo que sus hijas necesitaran o quisieran.
Cuando llegue el día en que tenga que partir aún sin que ella lo sepa sonarán  campanas de gloria esperando un ángel en el cielo que cumplió su cometido en la tierra, que aunque no pudo disfrutar riquezas materiales,  daba todo de si para que los suyos estuviesen bien;  y solo una caricia o una palabra dulce, la hacia la mas feliz de los mortales,   se lleva el reconocimiento  de quien la conoció, como una mujer valiente y luchadora, que hizo hasta lo imposible por sacar sus hijas adelante, sin importar las dificultades de la vida, y se lleva el amor de sus hijas y nietos que la acompañaran por siempre………..!
Y nos habrás dejado un legado invaluable, la unión de la familia, que como un roble crece, 
 engrosando  su tallo  del que van saliendo  ramas que lo hacen cada día mas frondoso, para dar sombra y proteger a todos sus miembros.
Te amamos madre!!!!!!!
 PARA MI MADRE QUE YA NO ESTA.........

Martha Lucia Vargas

A LA FUTURA MAMA


El milagro de la vida se está produciendo en tu cuerpo.
El milagro de tu cuerpo gestando no deja de sorprenderte.
Cada instante de estos nueve meses son un milagro.
El momento en que conozcas ese milagro, será, sin dudas, el momento de tu vida.
Ese momento que todos anhelamos.  Ese momento de la felicidad perfecta.
Tu cuerpo es ahora el hogar de tu bebé.
Ese cuerpo se preparó desde tu propia gestación para este momento.
Cada una de las células de tu cuerpo sabe lo que debe hacer.
Tú sólo debes cuidarlas y escucharlas.  No temas pedir ayuda,
no temas decir no sé, no temas decir tengo miedo,  no temas decir no voy a poder,
porque desde tu seno  escucharás la voz de tu hijo  diciendo: los dos vamos a poder.
Y cuando sientas la tibieza  de su cuerpecito en tu pecho, el milagro de la vida habrá concluido
para dar comienzo al milagro de ser MADRE.

En la vida he aprendido....


Que puedes hacer algo en un instante que te causará dolor de por vida.
Que me está tomando mucho tiempo llegar a ser la persona que quiero
ser. He aprendido...
Que no tenemos que cambiar a los amigos, si entendemos que los
amigos cambian.
Que la amistad verdadera continua creciendo, aún más allá de la
distancia. Lo mismo pasa con el amor.
He aprendido...
Que por el hecho de que una persona no te quiera como tú quisieras
que lo hiciera, no significa que no te quiera con todo lo que
tiene
He aprendido...
Que somos responsables por lo que hacemos, no importa cómo nos
sintamos.
Que si no controlas tu actitud, ella te controlará a ti.
Que los héroes son las personas que hacen lo que se tiene que
hacer, cuando se necesita hacerlo y sin importar las consecuencias.
He aprendido...
Que mi mejor amigo y yo podemos hacer cualquier cosa, o no hacer
nada, y pasar el mejor tiempo.
Que a veces las personas que esperas que te pateen cuando estás
derrotado, son las que te ayudarán a levantarte. He aprendido...
Que siempre debes dejar con palabras de amor a las personas
que quieres. Puede ser la última vez que las veas.
Que…. puedes seguir adelante mucho después de que no puedas más.
Que dos personas pueden ver
exactamente la misma cosa, y ver algo totalmente diferente.
Que el hecho de que dos personas discutan no significa que no se
quieran el uno al otro. Y el hecho de que no discutan, no significa
que sí se quieran
He aprendido...
Que mi mejor amigo y yo podemos hacer cualquier cosa, o no hacer
nada, y pasar el mejor tiempo.
Que a veces las personas que esperas que te pateen cuando estás
derrotado, son las que te ayudarán a levantarte. He aprendido……
Que la madurez tiene más que ver con las experiencias que has
tenido y lo que has aprendido de ellas, que con el número de
cumpleaños que has celebrado. 


Lava tus ventanas

 

 Una pareja de casados se mudo para un barrio muy tranquilo, En la primera mañana en la casa mientras toma ba el cafe  la mujer reparo a traves de la ventana   que una vecina colgaba sabanas en el tendal.

- Qué sábanas sucias está colgando en el tendal!
Está precisando de un jabón nuevo... ¡Si yo tuviese intimidad le preguntaría si ella quiere que yo le enseñe a lavar las ropas!
El marido miró y quedó callado.
Algunos días después, nuevamente, durante el desayuno, la vecina colgaba sábanas en el tendal y la mujer comentó con el marido:
¡Nuestra vecina continúa colgando las sábanas sucias!
¡Si yo tuviese intimidad le preguntaría si ella quiere que yo le enseñe a lavar ropas!
Y así, cada dos o tres días, la mujer repetía su discurso, mientras la vecina colgaba sus ropas en el tendal.

Había pasado un mes, la mujer se sorprendió al ver las sábanas siendo tendidas, y entusiasmada fue a decir al marido.
¡Mira, ella aprendió a lavar las ropas!
¿¿¿Será que la otra vecina le enseñó??? Porque yo no hice nada.

El marido calmosamente respondió:
¡No, hoy yo me levanté más temprano y lavé los vidrios de nuestra ventana!
Y así es. Todo depende de la ventana, a través de la cual observamos los hechos.
Antes de criticar, verifique si usted hizo alguna cosa para contribuir.
Verifique sus propios defectos y limitaciones.

Debemos mirar, antes de todo, para nuestra propia casa, para dentro de nosotros mismos.
Lave sus vidrios...........  Abra su ventana...........

Mama, te amo porque....

Mamá te amo porque me aceptaste en tu vientre con amor y esperanza. 
Te amo porque a través de tu sangre me alimentaste con cariño. 
Te amo porque a pesar del peso y el dolor que producía mi cuerpo en tu vientre, tenías la certeza que muy pronto me volvería alegría y fortaleza para ti.
Te amo porque creíste en mí aunque otros dudaron de mis capacidades
Te amo porque me recibiste en tus brazos al nacer para abrigarme con tu calor.
Te amo porque tus pechos me amamantaron para darme vida.
Te amo porque me animaste a dar mis primeros pasos.
Te amo porque me levantaste las veces que caí.
Te amo porque eras y aun sigues siendo mi consuelo.
Te amo porque cuando me viste triste y desconsolado trataste de darme tu alegría.
Te amo porque has estado a mi lado siempre a pesar de las adversidades.
Te amo porque me llevaste el primer día a la escuela y me recomendaste a la profesora. 
Te amo porque me acompañaste en la búsqueda de soluciones a mis tareas escolares.
Te amo porque me ayudaste a identificar quien es un amigo de verdad.
Te amo porque aprendiste a conocerme y sin pronunciar yo una palabra ya sabías como me sentía.
Te amo por ser mi madre, por estar a mi lado siempre y por entregarme tu vida.
Te amo por ser mi madre. 

Fabricando un Padre


En el taller más extraño y sublime conocido, se reunieron los grandes arquitectos, los afamados carpinteros y los mejores obreros celestiales que debían fabricar al padre perfecto:
'Debe ser fuerte', comentó uno.
'También, debe ser dulce', comentó otro experto.
'Debe tener firmeza y mansedumbre; tiene que saber dar buenos consejos'.
'Debe ser justo en momentos decisivos; alegre y comprensivo en los momentos tiernos'.
¿Cómo es posible -interrogó un obrero- poner tal cantidad de cosas en un solo cuerpo?
'Es fácil', contestó el ingeniero. 'Solo tenemos que crear un hombre con la fuerza del hierro y que tenga corazón de caramelo'.
Todos rieron ante la ocurrencia y se escuchó una voz: era el Maestro, dueño del taller del cielo:
'Veo que al fin comienzan' -comentó sonriendo- 'No es fácil la tarea, es cierto, pero no es imposible si ponen interés y amor en ello'. Y tomando en sus manos un puñado de tierra, comenzó a darle forma.
'¿Tierra? -preguntó sorprendido uno de los arquitectos - ¡Pensé que lo fabricaríamos de mármol, o marfil, o piedras preciosas!'.
'Este material es necesario para que sea humilde -le contestó el Maestro- Y extendiendo su mano sacó oro de las estrellas y lo añadió a la masa.
Esto es para que en las pruebas brille y se mantenga firme'. Agregó a todo aquello, amor, sabiduría. Le dio forma, le sopló de su aliento y cobró vida, pero... faltaba algo, pues en su pecho le quedaba un hueco.
'¿Y qué pondrás ahí?' -preguntó uno de los obreros-. Y abriendo su propio pecho, y ante los ojos asombrados de aquellos arquitectos, sacó su corazón, le arrancó un pedazo y lo puso en el centro de aquel hueco. Dos lágrimas salieron de sus ojos mientras volvía a su lugar su corazón ensangrentado.
'¿Por qué has hecho tal cosa?' -le interrogó un ángel obrero-. Y aún sangrando, le contestó el Maestro:
'Esto hará que me busque en momentos de angustia, que sea justo y recto, que perdone y corrija con paciencia y, sobre todo, que esté dispuesto aún al sacrificio por los suyos y que dirija a sus hijos con su ejemplo, porque al final de su largo trabajo, cuando haya terminado su tarea de padre allá en la tierra, regresará hasta mí. Y satisfecho por su buena labor, yo le daré un lugar aquí en mi reino'.

Te deseo suficiente....



Recientemente, no pude evitar escuchar a un padre y a una hija en sus últimos momentos juntos en la puerta de abordaje de un aeropuerto.

Las aerolíneas habían anunciado la salida del vuelo y, parados junto al puesto de seguridad, se abrazaban y él dijo:"Te amo. Te deseo suficiente". Ella a su vez dijo:"Papito, nuestra vida juntos ha sido más que suficiente. Tu amor es todo lo que siempre he necesitado. También te deseo suficiente, Papito". Se besaron y ella se fue.

- "Perdóneme por preguntar, pero, ¿por qué es este adiós para siempre?" pregunté.

- "Ya estoy viejo y ella vive muy lejos. Tengo serios desafíos por delante y la realidad es que, su próximo viaje será para asistir a mi funeral", me dijo.

- "Cuando le decía adiós, le oí decirle: "Te deseo suficiente. ¿Pudiera saber qué significa eso?"

- Comenzó a sonreír. "Ese es un deseo familiar que nos ha sido pasado de generación a generación. Mis padres solían decírselo a todos".

Hizo una pausa momentánea y miró hacia arriba como queriendo recordar en detalle, se sonrió aun más. "Cuando decimos 'Te deseo suficiente', estamos queriendo que la otra persona tenga una vida llena con justo las suficientes cosas buenas para sostenerla", continuó. Entonces, volteándose hacia mí, compartió conmigo lo siguiente, para recitarse de memoria:

Te deseo suficiente sol para mantener tu actitud brillante.
Te deseo suficiente lluvia para que puedas apreciar mejor el sol.
Te deseo suficiente felicidad para mantener tu espíritu vivo.
Te deseo suficiente dolor para que los más pequeños gozos de la vida se vean mucho más grandes.
Te deseo suficientes logros para satisfacer tus deseos.
Te deseo suficientes pérdidas para que puedas apreciar todo lo que posees.
Te deseo suficientes holas para que te ayuden a decir el adiós final".
Entonces comenzó a sollozar y se alejó caminando...
y hoy, yo a tí: Te deseo suficiente.

El valor de las palabras


Cuenta la historia que en cierta ocasión, un sabio maestro se dirigía a su atento auditorio dando valiosas lecciones sobre el poder sagrado de la palabra, y el influjo que ella ejerce en nuestra vida y la de los demás.

- "Lo que usted dice no tiene ningún valor"- lo interpeló un señor que se encontraba en el auditorio.

El maestro le escuchó con mucha atención y tan pronto terminó la frase, le gritó con fuerza:
- "¡¡Cállate y siéntate, estúpido idiota!!".

Ante el asombro de la gente, el aludido se llenó de furia, soltó varias imprecaciones y, cuando estaba fuera de sí, el maestro alzó la voz y le dijo:

- "Perdone caballero, le he ofendido y le pido perdón; acepte mis sinceras excusas y sepa que respeto su opinión, aunque estemos en desacuerdo".

El señor se calmó y le dijo al maestro:

- "Le entiendo, y también pido disculpas y acepto que la diferencia de opiniones no debe servir para pelear, sino para mirar otras opciones".

El maestro le sonrió y le dijo:

- "Perdone usted que haya sido de esta manera, pero así hemos visto todos del modo más claro, el gran poder de las palabras, con unas pocas palabras le exalté y con otras pocas le calmé".

Las palabras no se las lleva el viento, las palabras dejan huella, tienen poder e influyen positiva o negativamente. . .

Las palabras curan o hieren a una persona. Por eso mismo, los griegos decían que la palabra era divina y los filósofos elogiaban el silencio. (Puedo entender porque...)

Piensa en esto y cuida tus pensamientos, porque ellos se convierten en palabras, y cuida tus palabras, porque ellas marcan tu destino.

Medita sabiamente para saber cuándo y cómo hay que comunicarse y cuándo el silencio es el mejor regalo para ti y para los que amas.

Eres sabio si sabes cuándo hablar y cuándo callar.

Piensa muy bien antes de hablar, cálmate cuando estés airado o resentido, y habla sólo cuando estés en paz.

Recuerda que las palabras tienen poder y que el viento nunca se las lleva.

Las palabras encierran una energía que bien puede ser positiva o negativa.

Recuerda: "Una cometa se puede recoger después de echarla a volar, pero las palabras jamás se podrán recoger una vez que han salido de nuestra boca"


Hay una Mujer



Hay una mujer que tiene algo de Dios por la inmensidad de su amor, y mucho de ángel por la incansable solicitud de sus cuidados; una mujer que siendo joven tiene la reflexión de una anciana, y en la vejez, trabaja con el vigor de la juventud; una mujer que si es ignorante descubre los secretos de la vida con más acierto que un sabio, y si es instruida, se acomoda a la simplicidad de los niños; una mujer que siendo pobre, se satisface con la felicidad de los que ama, y siendo rica, daría con gusto su tesoro por no sufrir en su corazón la herida de la ingratitud; una mujer que siendo vigorosa se estremece con el vagido de un niño, y siendo débil, se reviste a veces con la bravura del león; una mujer que mientras vive no la sabemos estimar, por que a su lado todos los dolores se olvidan, pero después de muerta, daríamos todo lo que somos y todo lo que tenemos por mirarla de nuevo un sólo instante, por recibir de ella un sólo abrazo, por escuchar un sólo acento de sus labios...
De esa mujer no me exijáis el nombre si no queréis que empape con lágrimas vuestro álbum, porque ya la ví pasar en mi camino.
Cuando crezcan vuestros hijos leedles esta página, y ellos, cubriendo de besos vuestra frente, os dirán que un humilde viajero en pago del suntuoso hospedaje recibido, ha dejado aquí, para vos y para ellos, un boceto del retrato de su nombre.